lunes, 15 de julio de 2013

¿SEGUIRÁ PARAGUAY EN MERCOSUR?

                             

La reunión muy esperada de Mercosur se dio, y como asomé la semana pasada, el pedimento de los paraguayos de postergar la presidencia pro témpore de Venezuela no fue atendido. El gobierno venezolano tomó posesión del cargo, a pesar de la oposición.
El entuerto jurídico afrentoso (ingreso de Venezuela) se mantuvo. Su corrección, como lo habían sugerido desde Paraguay, no pudo ser concretada y la permanencia de este país en Mercosur seguirá incierta, a menos que le den una “satisfacción” compensatoria, nunca descartable, que por los momentos se ve alejada en el tiempo.
No sabemos qué harán al fin los paraguayos con su membresía mercosuriana. ¿Dejarán de ser miembros de pleno de derecho para convertirse en asociados? ¿Se inclinarán hacia otros derroteros comerciales de la región? ¿O doblarán la cerviz ante los designios de la mayoría de Mercosur, aceptando un fait accompli  (Venezuela como miembro) y toreando el agravio infligido?
Las opciones no son fáciles para este país mediterráneo. Eso lo saben los demás socios mercosurianos,  y quizás estén jugando a la implacable lógica de las realidades.
La economía paraguaya, hoy por hoy,  depende de manera importante de ese mercado, y lanzarse a una apertura sola y sin la muleta que hasta ahora ha sido el bloque, no resulta sencillo. El 40% de sus exportaciones van a Mercosur. Las inversiones extranjeras también provienen de ese bloque, particularmente de Brasil. ¿Tendrá la fortaleza política e institucional suficiente para afrontar individualmente nuevos retos sin los socios que hasta ahora ha tenido? Con la eventual incorporación de otros países a Mercosur (Bolivia, Ecuador) ¿qué convendría más a Paraguay? ¿Presionar por una reformulación del proyecto integrador o irse?
En cualquier caso, el gobierno chavista de Venezuela asume la conducción de un proceso de integración que no vacilo en calificar de decadente. Azotado por la parálisis, cuando no, por los retrocesos. Minado por un proteccionismo redivivo, sobre todo, de parte del gobierno de argentino.  No son pocos los que hablan de su estancamiento.
Maduro, no me cabe la menor duda, nada aportará en esa presidencia pro-témpore, simplemente porque él y sus asesores no tienen idea de lo que tienen entre manos. Mucha retórica antiimperialista inflamada, sí oiremos. Con seguridad, hará su aporte acelerando el hundimiento progresivo en que está el bloque. El gobierno venezolano seguirá hablando de sus grandes logros comerciales allí, como, por ejemplo, la supuesta concreción de negocios por la suma astronómica, según el Ministro Fleming, de.....¡2 millones de dólares! con Uruguay, cifra ridícula si pensamos que el año pasado ese país nos vendió 406 millones de dólares y piensa llegar a 500 este año 2013. Y si ampliamos la mirada a Mercosur en su conjunto, constatamos que sólo el año pasado el comercio total con ese bloque fue de casi 7.000 millones de dólares, siendo más del 96 % importaciones venezolanas, no pasó Venezuela de vender 130 millones de dólares, menos que el año 2011.   
De la reunión última, queda claro que quieren dar un reimpulso a un proceso cojitranco y una impresión de fortaleza, habida cuenta de la competencia que se perfila desde otros rincones de la región.
Comparto con algunos analistas la idea de que frente a tales escenarios, Paraguay tiene un muy estrecho margen de maniobra. Solventar el problema jurídico que representa Venezuela no es lo prioritario. Es otro el tema que más le preocupa. Es su supervivencia como economía insertada en las corrientes de comercio regional y mundial sin la plataforma mercosuriana. ¿Podrá hacerlo? Soy escéptico al respecto.

EMILIO NOUEL V.

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