domingo, 30 de agosto de 2009

UNASUR EN BARILOCHE: ¡QUÉ PÉRDIDA DE TIEMPO¡

En Bariloche, los supuestos vientos de guerra anunciados por Chávez fueron convertidos por los Presidentes de UNASUR en brisita mañanera. Allí, lo más parecido a una ventisca fue el regaño de Lula a Correa, producto del desagrado que estuvo evidenciando en gran parte de la reunión con una cara de fastidio y sueño nada disimulada. Olvida que él propició esta reunión, a mi juicio, inútil.
La visión paranoica-conspirativa de “los albanos” que llevó a Colombia al banquillo de los acusados de ese club de presidentes suramericanos que llaman UNASUR, no se impuso y quedó diluida, como siempre, en una declaración de compromiso -"de mínimos", dicen por ahí- que en definitiva no incluyó la condena que buscaban histéricamente Chávez y sus adláteres del acuerdo de cooperación antinarcoguerilla entre Bogotá y Washington.
Como se sabe, las denuncias hechas en comandita por los "albanos" las semanas anteriores al encuentro, señalaban que dicho convenio contemplaba el establecimiento de unas bases militares norteamericanas en territorio colombiano, lo que no es cierto, y que desde allí se podría invadir a cualquier país suramericano. Es decir, que Brasil, Argentina o Perú tendrían que poner sus barbas en remojo, porque tarde o temprano serían invadidos por los demoníacos yanquis, cuyo impulso de dominación no controlan, para lo cual serían ayudados por la oligarquía apátrida colombiana; como si para tal disparate, impensable en la hora actual y dados los avances tecnológicos, fuera necesario firmar un acuerdo.
En el fondo de toda esta reacción paranoica están, sin duda, por un lado, el antiamericanismo y por el otro, los temores de Chávez de que sus acuerdos clandestinos con fuerzas oscuras le puedan traer graves consecuencias. Porque con convenios o no, no nos engañemos, siempre dirán lo mismo quienes hoy representan esa visión trasnochada a lo Guerra fría. Hoy es el convenio colombo-estadounidense, mañana será cualquier otro pretexto.
Para ellos, EEUU, mientras sea una superpotencia imperialista, será un enemigo a combatir porque de un momento a otro nos intervendrán, y UNASUR es sólo un vehículo para proyectar su proyecto autoritario, porque en el fondo no creen en los principios de ésta.
Por otro lado, vale la pena comentar la justificación que hizo la Presidenta anfitriona de la alharaca que ha hecho Chávez con todo este asunto, dando por sentado que la salida de Chávez del poder en el 2001 fue planificada por EEUU, cuando los venezolanos sabemos que no fue así y que fueron los militares los que lo defenestraron del poder. Vimos por TV que la renuncia a la Presidencia ("la cual aceptó") fue pedida por sus propios compañeros militares, al mando de los cuales estaba quien fue su Ministro posteriormente y hoy es su embajador en Portugal, Lucas Rincón.
Por eso, a otro perro con ese hueso, estimada señora.
En suma, la decisión final negociada de UNASUR no complace a los paranoicos, y se llevan sólo un compromiso de que el Consejo de Seguridad de esa entelequia estudiará la materia de las actividades eventuales de fuerzas militares extra-Suramérica en estos territorios, a los fines de sentar una doctrina al respecto.
Colombia se va tranquila, con un triunfo, sin duda, en la mano; su convenio con EEUU no fue rechazado de manera formal-institucional (ése era el objetivo fundamental de la reunión para Chávez), y Uribe logró superar la prueba, incluso desde mucho antes, al aceptársele que la reunión fuera televisada, lo cual obró en su favor.
Las declaraciones alarmistas previas a la reunión quedaron sin soporte. Ni hay vientos de guerra ni es verdad que habrá bases militares norteamericanas. Salieron derrotados.
Ecuador, por ahora, pareciera que quiere reconciliarse con Colombia. La inefable Cristina se fue contenta porque no llegó la sangre al río. Lula mantiene el liderazgo para su país, a pesar de que lo puso en juego al apoyar a los albanos en su deseo fallido. El organismo hemisférico, la OEA, a pesar de los pesares, es reconocido en la declaración final como marco general, evidenciando que a EEUU no se puede, no se debe o no se quiere dejar por fuera.
Después de la pérdida de tiempo que representó esta reunión, todos quedaron felices como las perdices…excepto el principal derrotado, que debe volver a un país en ebullición, y en el cual la represión en contra de los ciudadanos y fuerzas políticas que protestan pacíficamente medidas antidemocráticas y totalitarias se acentúa.
¿Servirá UNASUR para frenar esta deriva totalitaria del Hugo-rila Chávez?
Así como nunca me han podido convencer de la necesidad de esa organización, igualmente dudo de que pueda hacer algo, como institución, por la restauración de la democracia en Venezuela.
Entretanto, Chávez, aporreado en UNASUR, se dispone a iniciar otro viaje para que veamos que sí es oído en lejanas latitudes, sobre todo, por sus aliados, los gobiernos forajidos, y sus proveedores de armas.

Emilio Nouel V.

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