jueves, 12 de noviembre de 2015

                       EL MUNDO ATENTO A  LAS PARLAMENTARIAS VENEZOLANAS




En el hemisferio americano y mas allá hay mucha expectativa frente a las elecciones del 6D en Venezuela.
Para los venezolanos -no hay duda- es una fecha trascendente. Allí nos jugamos mucho.
Aunque la salida de este atolladero político-económico toca principalmente a los ciudadanos de este país, a la comunidad internacional le corresponde también su parte.
Hoy por hoy, lo que ocurre en un país no es asunto exclusivamente de él. Las sociedades nacionales de hoy están ligadas e interpenetradas mediante tantos vínculos que difícilmente el destino de una esté desconectado de las demás. 

La interdependencia no es sólo económica. Es también política. Los acontecimientos que tengan lugar en un país, tarde o temprano, inciden en los demás. Las crisis de gobernabilidad pueden contagiarse con facilidad, y de manera más intensa y rápida entre vecinos. Hoy lo vemos dramáticamente en las olas de miles de refugiados huyendo de la guerra en Siria e Irak hacia Europa, que no pocos problemas ha creado.
Así, lo bueno o lo malo que ocurra en cualquier país de nuestro hemisferio tiene consecuencias inmediatas en el resto.
No debe extrañarnos, por tanto, que más de una treintena de ex presidentes de América y Europa, familias políticas que hacen vida en el ámbito planetario, parlamentarios del mundo y personalidades diversas, hayan expresado su preocupación por la sombría deriva política que ha seguido Venezuela en los años recientes, particularmente porque desde aquí se ha pretendido proyectar un proyecto político-ideológico a toda la región.
Ante el autoritarismo instaurado en Venezuela, sus arbitrariedades y atropellos a los Derechos Humanos, el mundo – ¡Al fin!-ya no es indiferente, como hasta hace poco.
En general, organismos internacionales como la ONU, la OEA, Unión Europea y Unasur han tenido que voltear su mirada escrutadora hacia Venezuela, después de muchos años de indolencia y descuido.
Obviamente, ciertos cambios de orientación política han tenido que darse al interior de algunos países de la región para que el nuestro se convierta en un asunto a atender con mayor cuidado, cosa que los demócratas saludamos esperanzados y expectantes.
Sabido es que el 6D Venezuela será lugar de encuentro de cientos de políticos democráticos del mundo que vienen a presenciar in situ las elecciones.
Para nosotros ése un gesto solidario muy importante, que nos reconforta y anima. Que nos hace sentir que nuestra lucha por la libertad cuenta con apoyos que traspasan las fronteras.
Recibimos con mucha complacencia las expresiones públicas recientes de personalidades de la región como Luis Almagro de la OEA o el candidato a la presidencia argentina Mauricio Macri, las cuales se suman a las de muchos políticos del hemisferio que han comprendido lo que acontece en nuestro país y en consecuencia, la significación del evento del 6D.
La democracia y las libertades han sido atropelladas y mancilladas en Venezuela. No vacilamos en decir que la normativa internacional sobre la democracia ante nuestro caso particular es aplicable. Demasiadas pruebas hay de que el gobierno nacional ha incurrido en violaciones flagrantes de la cláusula democrática contenida en diversos tratados vigentes.
Que quienes vengan a acompañarnos el 6D lo tengan presente. También los gobiernos de la región y el mundo.
En cualquier caso, sean bienvenidos a este rincón atribulado del mundo, pero cargado de muchas ilusiones y esperanzas; y también en trance de reiniciar con bríos la regeneración de una vida política civilizada hacia la prosperidad, logro que nos merecemos.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
 

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