miércoles, 30 de marzo de 2011

EL CAMBALACHE DE LA PLATA

De nuevo el mandón de Caracas viaja al Cono Sur a hacer, en general, nada que pueda interesar a los venezolanos en términos de negocios para nuestros productores, bastante bien agobiados por las políticas económicas y comerciales suicidas de los últimos años.

Inicia su innecesario periplo, en momentos en que se registra otra caída de la producción y exportación petroleras, comportamiento sostenido éste que se da desde 2008.

Esta gira no tendrá trascendencia alguna. A lo sumo, firmará nuevamente acuerdos múltiples veces refrendados, refritos que poco agregan a lo ya conocido. Es un dejá vu.

Los gobiernos de Argentina, Uruguay y Bolivia son países que muchos favores deben al manirroto venezolano; de allí que sea recibido en esos pagos con bombos y platillos. Y esto, a pesar de que entre bastidores, algunos de estos beneficiarios tengan bajo concepto del asiduo visitante caribeño.

De todas las paradas que hará, quizás haya un mayor interés en Colombia. Está por vencerse plazo de salida definitiva de Venezuela de la CAN, momento en el cual nuestro intercambio comercial bilateral quedará sin normativa arancelaria especial, lo cual esperamos se resuelva pronto; aunque conociendo los ritmos, la incompetencia y los disparates del gobierno venezolano en ésta y otras materias, no deja de ser preocupante.

Lo que definitivamente llama más la atención comentar en este viaje, por lo extravagante, es lo que ocurrió en la Universidad de la Plata. Chávez premiado (El premio Rodolfo Walsh se instituyó en 1997 para estimular la excelencia periodística) por su contribución a la libertad de prensa y la comunicación comunitaria. Un hecho inconcebible, insólito, digno del muy conocido tango de Enrique Santos Discépolo, Cambalache. Definitivamente, “hoy es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador.”

Para nadie es un secreto que decenas de medios venezolanos han sido cerrados por el gobierno de Chávez, sólo por no plegarse a sus deseos, y que el acoso sostenido a los que se mantienen independientes continúa.

Como sombra oscura sobre las autoridades que decidieron el asunto, quedará este gesto degradante, afrenta a la verdad y bofetada al pueblo venezolano que ha padecido flagrantes violaciones a la libertad de expresión bajo el gobierno de Chávez.

EMILIO NOUEL V.

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