jueves, 9 de febrero de 2017


LA INTEGRACION HEMISFÉRICA A INICIOS DE 2017

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A nuestro hemisferio no solo lo está inquietando el nuevo talante y las medidas que está tomando y que de seguro adoptará el nuevo presidente norteamericano. Hay otros asuntos de mucho interés que también preocupan a los países del entorno, particularmente, los que atañen a las relaciones económico-comerciales con el resto del mundo.

En estos días se han conocido varios eventos y noticias que vale la pena comentar por las repercusiones que pudieran tener.

Un encuentro muy importante se dió entre los gobiernos de Argentina y Brasil. Los dos presidentes suscribieron una declaración conjunta en la que se refieren a un amplio conjunto de temas.

Una expresión de Michel Temer ha resaltado con ocasión de tal reunión: ´convergencia pragmática´.  Y afirma de seguidas: “Nuestra unión es todavía más necesaria en un mundo inmerso en incertidumbres e influencias desintegradoras. Ante nacionalismos exacerbados y de crecientes presiones proteccionistas tenemos que aproximarnos y articularnos cada vez más. Nuestra respuesta a tendencias aislacionistas debe ser más integración”.

Temer arremete contra las concepciones dogmáticas, y dice que la idea entre ambos países es concentrarse en el crecimiento económico, aumentar el empleo y el bienestar de sus pueblos, y que de lo que se trata es de recuperar el tiempo perdido, especialmente, re-dinamizando y rescatando el espíritu original de Mercosur: libre mercado y democracia.

La Declaración Conjunta del 7 de Febrero próximo pasado  contempla los temas de la integración fronteriza y física, comercio bilateral, cooperación energética, tecnológica, jurídica y derechos humanos, entre otros.

En materia de integración, se hizo énfasis en la negociación de protocolos sobre cooperación y facilitación de las inversiones y compras públicas; diálogo con la Alianza del Pacifico; coordinación macroeconómica; y avanzar en el acuerdo con la Unión Europea.

En capítulo aparte, manifiestan preocupación con la situación política, social y humanitaria de Venezuela, y hacen votos por que el diálogo entre gobierno y oposición encuentre caminos para superar la difícil situación que se vive.

Llama la atención que el punto de las relaciones comerciales bilaterales se trate de manera especial, al margen del régimen de Mercosur. Este enfoque prioritario desde lo bilateral, subrayado por la canciller argentina Malcorra, no abona mucho en términos mercosurianos.

Otra noticia ligada al asunto anterior es la intervención del canciller uruguayo Nin Novoa ante su Parlamento, en la cual trata el eventual Acuerdo comercial de su país con China.

En ese país se ha desatado un debate en el que se expresan opiniones contrarias a la suscripción de tal acuerdo. Algunos empresarios han expresado que sería negativo para algunas actividades industriales nacionales.

El canciller, por su parte, pareciera favorecer ese convenio aunque admite la idea de que debería ser asumido por el Mercosur en su conjunto. De hecho, han consultado a Argentina y Brasil al respecto sin que aun hayan recibido respuesta de éstos gobiernos. En todo caso, parecen abiertos a todas las opciones posibles, con o sin socios mercosurianos, con o sin la anuencia de ellos.

Lo más cierto de todo es que los dos grandes de Mercosur, como es la costumbre inveterada allí, se están poniendo de acuerdo primero, marginando a los dos pequeños, y por supuesto, sin tomar en cuenta a Venezuela, cuya condición jurídica en ese bloque es poco menos que incierta, por no decir surrealista.

Mercosur aun no sale de su crisis de ralentización y/o estancamiento. Es harto sabido el porqué.

El proteccionismo, en aparente auge en EEUU y Europa, que ahora Temer y Macri critican, es como mencionar la soga en casa del ahorcado. Estos dos países arrastran políticas proteccionistas que se mantienen. En esa materia, los problemas entre ellos dos no han cesado. Puede ser que ahora quieran resolverlos, habida cuenta de las nuevas orientaciones de ambos presidentes. Habrá que verlo.

Unos cuantos puntos de relevancia   (trato nacional, acceso al mercado, reglas de origen, facilitación del comercio, cooperación aduanera,  prácticas desleales de comercio, medidas sanitarias/fitosanitarias, obstáculos técnicos, inversión, comercio electrónico, compras públicas, propiedad intelectual, normas laborales, medioambiente) están planteando los uruguayos a los chinos, que afectarían todas las normativas de Mercosur.

Por su parte, Paraguay, el otro pequeño del grupo, suscribió con EEUU en días pasados, un TIFA (Trade Investment Framework Agreement), el cual abre un marco regulador para acordar temas económicos de mutuo interés (acceso a mercados, protección de los derechos de propiedad intelectual, etc).

Otra noticia a colación en este contexto, es la de las declaraciones de Carlos “Chacho” Álvarez, secretario general de ALADI, cuyo enfoque político no se disimula. Son una suerte de respuesta a las amenazas y desafíos que, según él, provienen del “contexto mundial”.

Álvarez dice: "Se trata de trabajar en la articulación del conjunto de acuerdos que se han desarrollado en las subregiones en el plano político, social y cultural,además de lo económico— y tener un proyecto de carácter latinoamericano que ayude a fortalecer la cooperación y pasar de lo bilateral o lo plurilateral, al plano regional reforzando nuestra identidad”. (subrayado nuestro).

Habla de crisis del multilateralismo, de un mundo casi ingobernable y desbocado, y de la necesidad de una respuesta latinoamericana propositiva y articulada, con aumento del comercio intrarregional. Remata proponiendo un Acuerdo Económico Comercial Integral Latinoamericano. Álvarez, al igual que Temer, usa la palabra pragmatismo.

¿Qué posibilidades y viabilidad podría tener esta propuesta desde ALADI, tomando en cuenta la historia de las múltiples oportunidades perdidas, de los desencuentros permanentes, de las recurrentes refundaciones, del constante invento de organizaciones y siglas, en fin, de las frustraciones repetidas?
¿Es aun dable una integración “latinoamericana y del Caribe” a las alturas de un mundo globalizado como el actual, en el que la amplia porosidad de las fronteras y la interconexión profunda y múltiple de las economías, hacen casi imposible un retroceso a cotos cerrados y protegidos de producción endógena?

¿Está vigente la idea de seguir hablando en términos identitarios, como lo hace Álvarez, en un mundo que va empujando hacia una ciudadanía planetaria de identidades múltiples, no persiguiendo identidades perdidas o imposibles, ni  apuntando a estrechas lealtades nacionalistas, a pesar de manifestaciones contrarias en ciertos puntos del planeta?

No son buenas las noticias que vienen del más grande del hemisferio y de Europa. La bilateralización, el proteccionismo y las pretensiones regresivas hacia autarquías nacionales en las relaciones económicas nos alejan de las soluciones que los problemas globales nos plantean.

El Mercosur, a pesar de la retórica de los gobiernos, se sigue mostrando incierto, sin rumbo claro. No sabemos que terminará de ocurrir en el NAFTA, el cual significa negocios por el orden de los 600 mil millones de dólares ¿los despreciará Trump? . El papel de China en nuestra región ¿adonde llegará?

El año 2017, en la materia comentada, comienza sobrecargado de interrogantes, cuyas respuestas adecuadas sólo las puede un liderazgo continental consciente y responsable de los graves asuntos que conciernen a todos sin excepción, más allá de los discursos y los intereses particulares.

EMILIO NOUEL V.

@ENouelV

emilio.nouel@gmail.com    

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