miércoles, 19 de septiembre de 2012


EL DOBLE DISCURSO

Que ningún político venezolano o extranjero venga a decirnos ahora que nunca ha recibido aportes, donaciones o colaboraciones monetarias o en especie de personas naturales o empresas privadas para su actividad política en general y las campañas electorales en particular.
Ni en nuestro país ni en la Conchinchina el financiamiento político ha carecido de apoyo de los particulares. El que diga lo contrario es un farsante, un hipócrita.
A menos que sea un millonario, el político requiere de contribuciones de otros para su labor proselitista. Un partido no se levanta sin dinero, una elección no se puede enfrentar sin disponer de recursos suficientes. Mucho menos cuando no hay financiamiento acordado por el Estado.
Es por ello que nos resulta insólito que los dirigentes chavistas, que no se han caracterizado precisamente por ser escrupulosos a la hora de echar mano de los recursos del Estado para sus actividades políticas, vengan ahora a rasgarse las vestiduras frente al caso del diputado Juan Carlos Caldera.
El doble discurso y la impostura en este tema saltan a la vista.
Obviamente, todo el tinglado que ha montado el gobierno con el video de Caldera no tiene nada que ver con lo legal ni siquiera con lo ético. Ambos valores son despreciados por los chavistas, los pisotean a diario. Está directamente vinculado con el descalabro de la candidatura de Chávez al final de campaña electoral. No pueden ocultar su desespero.
A nadie escapa que en el Comando Carabobo cunde el pánico. La derrota la tiene su candidato pintada en la frente. Ya admiten en privado la debacle que se les viene encima.  
De allí que se hayan valido en los últimos días de las más repugnantes marramucias para perjudicar la candidatura de Capriles, que luce ganadora. Una de las facciones que se disputa a muerte el control del chavismo ha urdido perversas triquiñuelas de la más baja estofa, utilizando personajes resentidos, desacreditados, sin apoyo popular alguno y que se dicen de oposición, para dar una impresión de división en esta última. Han llegado hasta la perversidad de forjar documentos atribuyendo su autoría a la Mesa Unitaria Democrática. Todo, por supuesto, “aliño” mediante.
La investigación que se ha abierto en la Asamblea contra el diputado Caldera por unos hechos que no revisten carácter delictivo es una muestra del doble discurso que identifica a los chavistas. Sobre todo cuando hemos visto que múltiples denuncias documentadas, irregularidades y delitos flagrantes, que sí ameritarían averiguación parlamentaria, no han sido atendidos, simplemente porque en ellos están envueltos funcionarios del gobierno y sus socios de la corrupción.
¿Por qué no se ha investigado el desastre que dejó El Magnate de El Furrial en la gobernación de Miranda? ¿Qué pasó con el llamado Pudreval? ¿Por qué nada dicen de los negociados que se hicieron con las emisiones de bonos de república? ¿Qué investigaron sobre las contrataciones irregulares de PDVSA?  ¿Quiénes se llevaron la comisión ilegal con la compra de barcos españoles?
Estos son solo algunos casos de los miles que han cometido los corruptos de este gobierno durante 14 años, y frente a los cuales la mayoría de los diputados oficialistas no han tomado ninguna acción.
Que no vengan entonces a presentarse ahora como vestales ultrajadas los cómplices de tanta vagabundería. Que no vengan a mostrarse hipócritamente escandalizados por un video que no muestra más que una entrega de dinero.
Albergamos la esperanza de que la impunidad frente a la corrupción y el crimen, que instalaron en la sociedad venezolana quienes nos desgobiernan hoy, empiece a ser erradicada pronto. Los políticos delincuentes y sus encubridores están ya identificados por el pueblo y serán castigados con el voto el 7O. A los tribunales corresponderá la tarea de sancionarlos.
A los impostores, embusteros e hipócritas de la política que han estado destruyendo a nuestro país en los últimos tiempos, sólo les queda la relegación al rincón del olvido, por indignos.
Una nueva generación de políticos viene para el relevo liderada por Henrique Capriles Radonsky, cuya posición frente a cualquier desliz o manifestación poco clara, ha sido demostrada de manera contundente en días pasados. Actitud ésta, por cierto, que contrasta con la encubridora de irregularidades del presidente de la República.  
La recuperación de la democracia, de las libertades plenas, la descentralización y la pulcritud en el manejo de los dineros públicos, se abre paso con ímpetu, confianza y transparencia. Vienen tiempos en que el diálogo enriquecedor, los consensos, equilibrios y contrapesos jugarán un papel decisivo. Pero sobre todo, unos tiempos en que el doble discurso sea combatido y la impunidad se reduzca a su mínima expresión, en aras de los más altos intereses de Nación.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com

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