lunes, 7 de febrero de 2011

LO DE FERNANDO VEGAS: ¡DE VÓMITO¡

Durante estos años de revolución bolivariana hemos tenido la oportunidad de presenciar o experimentar cualquier tipo de conductas políticas repulsivas, aborrecibles o nauseabundas; como nunca antes.

El doble discurso, la doble moral, las maromas políticas más insólitas y la obsecuencia más indigna, se han mostrado con la mayor naturalidad y desparpajo.

Hombres y mujeres que pensábamos tendrían un mínimo de decoro, de honorabilidad, de autoestima personal, independientemente de la ideología que profesaran, los hemos visto arrastrarse en el estiércol de la adulancia y la desvergüenza más grosera y podrida. Catedráticos universitarios de las facultades de Derecho, que una vez fueron respetables, se han prestado para las más grandes marramucias, echando mano de interpretaciones jurídicas a cual más descabelladas y retorcidas.

Lleva razón el periodista Alonso Moleiro cuando en su artículo sobre el reciente discurso del magistrado Fernando Vegas afirma que estamos viviendo uno de los momentos más oscuros y sombríos de la vida institucional de Venezuela.

Y eso es lo que hemos venido diciendo, en tanto que profesionales del derecho, muchos venezolanos que nos hemos consagrado a ese oficio como medio de vida.

Los supuestos abogados al servicio del Tirano no sólo han degradado a la profesión y los tribunales, corrompiéndolos y vaciándolos de todo contenido ético y doctrinario a extremos más allá de los mínimamente aceptables, sino a ellos mismos en tanto que seres humanos que han perdido todo sentido de la ecuanimidad, del honor y de los principios que nos enseñaron verdaderos juristas en las aulas universitarias.

El discurso de Vegas es repugnante, vergonzoso. Mayor sumisión al mandamás no es concebible. Allí, ya no hay ni siquiera una simulación de independencia del poder judicial frente al ejecutivo. No hay recato alguno en pisotear los principios constitucionales. El derecho es lo que diga el Führer de Miraflores, como lo señalaban los juristas del Horror de la Alemania nazi. Es la voluntad del Tirano y no la letra o el espíritu de la ley la que determina las decisiones de los jueces. Es la voz del comandante-presidente quien sentencia a través de nosotros, pudo decir prácticamente Vegas.

El discurso de Vegas es una muestra más de la circunstancia ignominiosa que está viviendo la administración de justicia en nuestro país. La politización de la Justicia y/o la judicialización de la política son los signos de estos tiempos oprobiosos para Venezuela.

Sin lugar a dudas, lo de Vegas es de vómito.

EMILIO NOUEL V.

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