domingo, 18 de octubre de 2009

ALBA, HONDURAS Y UNAS SANCIONES ECONÓMICAS BUFAS

E. NOUEL

Hemos leído en los días que corren que los países que conforman la junta de beneficencia venezolana que llaman ALBA, reunidos solemnemente en la ciudad de Cochabamba, por órdenes de su majestad imperial, Chacumbele II, han decretado un boicot económico a Honduras, en virtud de que no dejan regresar al poder al inefable Mel Zelaya, reo de la justicia, -sub judice, como dicen los abogados- de cometer una larga ristra de tropelías administrativas, amen de violaciones a la Constitución hondureña.

Obviamente, quien promueve tal decisión no es otro que el déspota de Caracas, cuyos planes con el patético hondureño se han visto trastocados por la reacción casi unánime de todas las instituciones y los sectores democráticos de ese país.

Gracias a su “desprendimiento” por los olvidados de la tierra madre, vuelve de nuevo a sonsacar, ofrecimientos crematísticos mediante, a los lacayos de ALBA, para que traten de aislar al gobierno hondureño; cosa ésta extraña por demás, ya que los representantes de Mel se encuentran negociando en una mesa los términos de un probable regreso de éste a su puesto de presidente o a una fórmula de solución del conflicto.

La enérgica y rimbombante decisión tomada en Bolivia para presionar tal regreso resulta, a mi juicio, bien curiosa, por no decir inocua.

Los países que aprovechan los regalos que reparte el gobierno de Venezuela en el referido ente son: Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba y 3 microestados del Caribe.

El PIB de todos juntos, si exceptuamos al repartidor de las dádivas que es Venezuela, no pasa de 240 mil millones de dólares y su comercio con Honduras es irrisorio, prescindible en gran medida. (Si sumamos a Venezuela, el PIB total sube a 600 mil, representando este país casi dos veces el PIB de sus compañeros de ALBA) (Ver Index Mundi, 2008)

Ahora bien, la gran amenaza de “sanciones económicas” proferida por este grupete de gobernantes, si examinamos las estadísticas, resulta ridícula.

Imagino que los hondureños deben haber pasado varios días muertos de la risa con esta medida, toda vez que para su supervivencia económica no necesitan de ninguno de ellos, con excepción de Venezuela que hasta cierto punto le suministraba combustible barato.

Examinemos las cifras, apreciado lector, del año anterior ( 2008). Con Bolivia, el comercio es prácticamente insignificante: 380 mil dólares. Con Ecuador, 3 millones y medio. Con Cuba 17 millones y con Venezuela 15 millones. Ni hablar de Nicaragua o los microestados caribeños.

El total de las importaciones que realizó en 2008 Honduras monta la cifra de 8.556 millones de dólares aproximadamente. En ese mismo año, exportó una cifra cercana a 5.549. Me dirán ustedes el efecto letal que tendrá la sanción de los gobiernos albanos en este comercio.

Los socios principales de Honduras son: EEUU (al cual va el 68,8 % de sus exportaciones); El Salvador y Guatemala. En menor medida están México y Costa Rica.

Por lo que respecta a sus importaciones, los hondureños traen de EEUU el 52%; de Guatemala, el 7.1%; de El Salvador, el 4.5%; de México, el 4.1% y de Costa Rica el 4,1%. Los otros socios son Unión Europea y Canadá.

De modo pues, que estas sanciones anunciadas por los gobiernos de ALBA, a mi juicio, injustas, inconsistentes e hipócritas, afortunadamente, no pasaran de ser simbólicas, ineficaces, más bien, bufas.

Pero para los que pretenden ser, sin tener con qué, un poder alternativo en el mundo, estas infatuaciones desmedidas y patéticas son muy comunes. Mussolini, Sadam Hussein e Idi Amin son muestras de conductas parecidas. No temen hacer el ridículo, no se dan cuenta que son el hazmerreír del mundo.



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