UNA CIERTA VISIÓN PARROQUIAL DE LA POLÍTICA
He cuestionado siempre la visión parroquial que
tienen muchos, incluso pretendidos líderes, acerca de la política. En tal sentido, resulta incomprensible la posición desdeñosa de algunos respecto de lo internacional, que no sabemos si es por ignorancia o simple miopía. Esa cortedad
de miras les impide percatarse de un mundo cada día más interdependiente con
el cual hay que contar para cualquier actividad.
Sin duda, lo fundamental de la acción política se
realiza en el lugar inmediato de los acontecimientos sociales y económicos. Al
calor de las circunstancias más próximas que nos rodean se fraguan los
liderazgos. Y la legitimidad de éstos depende del apoyo de quienes están más cerca,
de los que pueden elegir para cargos de representación popular o de gobierno.
Es de Perogrullo repetirlo.
No obstante, la política no es sólo la parroquia, el
municipio o la provincia. Sobre todo en el mundo de hoy en el que estamos
interconectados en tiempo real más allá de la fronteras patrias, y de cuyos
acontecimientos no nos podemos sustraer, por muy lejos que ellos se produzcan.
Lo que sucede en el exterior repercute en nosotros, y lo que ocurre al interior
tiene consecuencias fuera.
La política, particularmente en entornos en los que las
garantías democráticas están disminuidas o no existen, donde las exigencias y riesgos
para el luchador democrático son mayores, requiriéndose, más allá de las
fortalezas propias y de los recursos con
que cuenta en el espacio inmediato nacional, la solidaridad y el apoyo activo
de las fuerzas democráticas amigas que hacen vida en otros países.
En tales difíciles circunstancias, la política que practican
los líderes democráticos en el ámbito doméstico no puede desvincularse de la de
sus pares, sean afines ideológicos o no.
Es por ello que todo líder u organización debe otorgar un
espacio importante a la diplomacia, la cual, por ningún concepto, puede ser
desdeñada. No es casual que los partidos políticos siempre hayan dispuesto
sabiamente de una secretaría internacional, ni que algunas familias políticas
hayan creado organizaciones internacionales en las que intercambian
experiencias, ventilan variados temas y
establecen mecanismos de apoyo mutuo. En el presente, los demócratas venezolanos están viviendo
momentos complejos y difíciles. Las violaciones a la Constitución y los derechos
humanos son el pan de cada día. El trabajo político se está haciendo en un
ambiente viciado, represivo, en el que todos los poderes del Estado, en
comandita, persiguen implantar un sistema tiránico de vocación totalitaria. Más que en otras épocas infaustas, hoy, la
solidaridad y el respaldo de los demócratas del mundo, son necesarios. Y hasta cierto punto los contactos internacionales podrían ser mecanismos
disuasivos para los déspotas a la hora en que piensen cometer arbitrariedades.
De allí la necesidad de reforzar y multiplicar los vínculos y las acciones en el exterior del país. Ello ha obligado al gobierno a también reactivarse en ese campo, siguiendo la línea que el finado presidente trazó, consciente como fue del peso de las relaciones internacionales para su proyecto.
De allí la necesidad de reforzar y multiplicar los vínculos y las acciones en el exterior del país. Ello ha obligado al gobierno a también reactivarse en ese campo, siguiendo la línea que el finado presidente trazó, consciente como fue del peso de las relaciones internacionales para su proyecto.
La
Mesa de la Unidad Democrática, Henrique Capriles y otros dirigentes políticos han
comprendido esta exigencia y realizado exitosas visitas a diversos países del
hemisferio y más allá, logrando importantes y decisivas adhesiones a la causa
democrática venezolana por parte de políticos, partidos y personalidades de
diverso origen ideológico.
Lo he dicho en otras oportunidades. A pesar de que sintamos
lo contrario a veces, los demócratas de Venezuela no estamos solos. En la dura
y desigual lucha que estamos librando, contar con esos apoyos externos es
crucial.
El partido político y los líderes modernos deben deslastrase
de una vez por todas de la estrecha y parroquial visión que aún tienen de la
política. Ésta, hace tiempo que dejó de ser la que se practicaba en los
confines de la ciudad.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com
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