LOS MODELOS ECONÓMICOS EN COMPETENCIA
EN LATINOAMÉRICA
En los años recientes, Latinoamérica
ha presenciado la contienda entre varios modelos políticos y económicos en
concurrencia, visiones distintas sobre las relaciones hemisféricas y globales.
De un lado, los apadrinados por la ubre generosa del petróleo
venezolano, que enganchados a una búsqueda inútil de un socialismo perdido, han
desembocado en diversas versiones de regímenes autoritarios o semiautoritarios,
con poblaciones altamente polarizadas y alineaciones externas con gobiernos
forajidos (Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Argentina); y de otro, los
que habiendo mantenido la senda de la democracia liberal y la economía de
mercado, han alcanzado importantes logros económicos y sociales, amén de
presencia internacional vigorosa e influyente (Colombia, Chile, México, Perú,
Costa Rica).
Brasil, entre otros, es uno de los países del segundo grupo
con peso específico en el mundo y con decisiva gravitación regional.
Sin embargo, pareciera
que los asuntos macroeconómicos y sociales de ese país no están marchando del todo bien. De un tiempo a esta parte, se han venido multiplicando señalamientos en
ese sentido, y las enormes manifestaciones recientes testimonian un creciente
descontento. Brasil está experimentando la misma desaceleración de gran parte de los mercados emergentes. El auge de los productos básicos parece que está llegando a su fin y lo déficits en las cuentas corrientes aparecen.
La economía brasileña basada en el consumo tendrá que cambiar para hacerse más
competitiva. Son vastos sectores sociales aun marginados ene se país.
A pesar de que los buenos resultados de los últimos años, de cara al futuro algunos no ven el panorama claro. Brasil, de hecho, ha
bajado, por ejemplo, en el ranking mundial de países emprendores. Hay agotamiento de su modelo
económico y el gasto público sigue
aumentando pero no genera crecimiento.
Hace poco la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s lo rebaja en
cuanto a su solvencia. Se dice que su menor ritmo de crecimiento (0,9% en 2012
y no más del 2% este año 2013) y el creciente endeudamiento de los hogares brasileños (el 62% endeudados en
un 46% de sus rentas), está produciendo una baja en el consumo que no augura
una mejor calificación.
Por otro lado, el
presidente del Banco Centra ha dicho que el
crecimiento a partir de ahora se apoyará en la inversión y no en el consumo.
Obviamente, lo que
ocurra en la economía de Brasil tendrá repercusiones que trascienden lo
estrictamente crematístico, y tocan lo geopolítico en nuestro
hemisferio.
La diplomacia
brasileña ha ido colocando a ese país en el lugar de
interlocutor principal de Suramérica de cara al resto del mundo. En ese afán, sus
pretensiones hegemónicas en el patio se han evidenciado, y las nuevas
organizaciones creadas en los últimos tiempos (UNASUR, CELAC), no solo llevan
su sello, sino que también le sirven de punto de apoyo al liderazgo que
persigue.
Mercosur, el bloque comercial subregional al que pertenece,
es otra instancia que igualmente abona a esa hegemonía. Sin embargo,
allí no son pocas las dificultades. Está estancado, no
se respetan las normas establecidas. El proteccionismo ha vuelto por sus
fueros.
A un costado, volcado al Pacífico, ha surgido un esquema de integración formado por países que integran también el segundo grupo mencionado, y que busca competir en aquella vasta área en ebullición, con mecanismos novedosos y perspectivas muy promisorias, todo lo cual pone en tensión al liderazgo buscado por Brasil.
Richard Nixon, asesorado por el doctor Kissinger, dijo que hacia
donde se inclinara Brasil, iría el resto de América Latina. ¿Seguirá aún vigente esta predicción?
México es un actor que cada día cobra mayor influencia en el
hemisferio y el mundo. Es socio comercial de EEUU en el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (en inglés, NAFTA), está en el Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), fundó la Alianza del Pacífico con
Chile, Colombia y Perú, a la que se incorporan Costa Rica y Panamá y está en
las negociaciones de la Trans-Pacific Partnership (TPP).
Al ser socio comercial de EEUU, también se favorecerá de la
recuperación que está experimentando este país, alcanzada en virtud de su
flexibilidad económica y vocación por la innovación tecnológica. México exportó
a sus socios de NAFTA, en 2012, 250.000 millones de dólares (EEUU) y 2.200
millones (Canadá).
Se espera que México, considerada una economía estable,
crezca este año alrededor de 4% (BID) o un poco menos. Cerrará con una
inflación del 3%.
Mientras tanto, nuestro país, Venezuela, suspendido en un
limbo de ensoñaciones estrambóticas por salvar la humanidad de las garras del
capitalismo y el imperialismo, y en medio de una situación económica interna cargada de incertidumbres derivadas de los tumbos que da en materia de
políticas macroeconómicas, sin ningún norte claro.
Es incomprensible que pudiendo encaminarse hacia un modelo económico
exitoso y no careciendo de los recursos para ello, siga hacia el
precipicio.
Hoy es más evidente que nunca, que el modelo nefasto de gobierno
que se sigue en Venezuela y Argentina, no debe ser emulado si se quiere ser una
sociedad de grandes logros sociales.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario