¿SEGUIRÁ PARAGUAY EN MERCOSUR?
La reunión muy esperada de
Mercosur se dio, y como asomé la semana pasada, el pedimento de los paraguayos de
postergar la presidencia pro témpore de Venezuela no fue atendido. El gobierno venezolano
tomó posesión del cargo, a pesar de la oposición.
El entuerto jurídico afrentoso (ingreso
de Venezuela) se mantuvo. Su corrección, como lo habían sugerido desde
Paraguay, no pudo ser concretada y la permanencia de este país en Mercosur
seguirá incierta, a menos que le den una “satisfacción”
compensatoria, nunca descartable, que por los momentos se ve alejada en el
tiempo.
No sabemos qué harán al fin los
paraguayos con su membresía mercosuriana. ¿Dejarán de ser miembros de pleno de
derecho para convertirse en asociados? ¿Se inclinarán hacia otros derroteros
comerciales de la región? ¿O doblarán la cerviz ante los designios de la
mayoría de Mercosur, aceptando un fait
accompli (Venezuela como miembro) y toreando
el agravio infligido?
Las opciones no son fáciles para
este país mediterráneo. Eso lo saben los demás socios mercosurianos, y quizás estén jugando a la implacable lógica
de las realidades.
La economía paraguaya, hoy por
hoy, depende de manera importante de ese
mercado, y lanzarse a una apertura sola y sin la muleta que hasta ahora ha sido
el bloque, no resulta sencillo. El 40% de sus exportaciones van a Mercosur. Las
inversiones extranjeras también provienen de ese bloque, particularmente de
Brasil. ¿Tendrá la fortaleza política e institucional suficiente para afrontar
individualmente nuevos retos sin los socios que hasta ahora ha tenido? Con la
eventual incorporación de otros países a Mercosur (Bolivia, Ecuador) ¿qué
convendría más a Paraguay? ¿Presionar por una reformulación del proyecto
integrador o irse?
En cualquier caso, el gobierno
chavista de Venezuela asume la conducción de un proceso de integración que no
vacilo en calificar de decadente. Azotado por la parálisis, cuando no, por los
retrocesos. Minado por un proteccionismo redivivo, sobre todo, de parte del
gobierno de argentino. No son pocos los que
hablan de su estancamiento.
Maduro, no me cabe la menor duda,
nada aportará en esa presidencia pro-témpore, simplemente porque él y sus
asesores no tienen idea de lo que tienen entre manos. Mucha retórica
antiimperialista inflamada, sí oiremos. Con seguridad, hará su aporte acelerando
el hundimiento progresivo en que está el bloque. El gobierno venezolano seguirá
hablando de sus grandes logros comerciales allí, como, por ejemplo, la supuesta
concreción de negocios por la suma astronómica, según el Ministro Fleming,
de.....¡2 millones de dólares! con Uruguay, cifra ridícula si pensamos que el
año pasado ese país nos vendió 406 millones de dólares y piensa llegar a 500
este año 2013. Y si ampliamos la mirada a Mercosur en su conjunto, constatamos
que sólo el año pasado el comercio total con ese bloque fue de casi 7.000
millones de dólares, siendo más del 96 % importaciones venezolanas, no pasó Venezuela
de vender 130 millones de dólares, menos que el año 2011.
De la reunión última, queda claro que quieren dar un reimpulso a un proceso cojitranco y una impresión de fortaleza, habida cuenta
de la competencia que se perfila desde otros rincones de la región.
Comparto con algunos analistas la
idea de que frente a tales escenarios, Paraguay tiene un muy estrecho margen de
maniobra. Solventar el problema jurídico que representa Venezuela no es lo prioritario.
Es otro el tema que más le preocupa. Es su supervivencia como economía
insertada en las corrientes de comercio regional y mundial sin la plataforma mercosuriana.
¿Podrá hacerlo? Soy escéptico al respecto.
EMILIO NOUEL V.
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