jueves, 14 de agosto de 2014

PRENSA LIBRE, PODER AUTORITARIO Y JUECES ABYECTOS

                                                                             A Teodoro Petkoff, por su porfiada lucha libertaria

Entre el sinnúmero de actos aberrantes del régimen chavista, el de los juicios impulsados contra los medios que no se han arrodillado ante él, es, sin duda, uno de los más escandalosos.  
No sólo por la acción arbitraria del que gobierna, que de por sí es condenable, sino por el papel vergonzoso que juegan en la trama los llamados a interpretar la Constitución y las leyes de manera imparcial: los jueces.
No me canso de decirlo. Son de vómito. Sí, las incidencias y sentencias que tienen lugar en torno a este tipo de juicios son repugnantes, asquerosas. Inexcusables en cualquier democracia, impensables en un Estado de Derecho moderno. Que no deberían producirse en unos tiempos en que se supone habíamos dejado atrás la barbarie y nos habíamos adentrado en una época de pluralismo en los distintos campos del acontecer humano. En los que el respeto a la dignidad humana es principio universal, derecho garantizado por Constituciones políticas y tratados internacionales.  
La sumisión total de los jueces venezolanos ante el poder despótico debe conocerla el mundo todas las veces que sea necesario, y en todos los escenarios posibles. Ellos deben ser señalados, individualizados; que nadie olvide sus rostros, y que se tengan presentes sus atropellos al Derecho y la moral. Su deshonra tiene que ser voceada a los cuatro vientos. Avergonzarlos es la consigna, independientemente de cómo ellos asuman su condición y circunstancias.
La genealogía de estas prácticas inicuas de persecución por las opiniones emitidas se pierde en el tiempo. Nos lleva a las manifestaciones más monstruosas de intolerancia humana, sean ellas, indistintamente, por razones religiosas o políticas.
En Venezuela, estos últimos años hemos visto con creciente consternación el desarrollo de una deriva autoritaria, totalitaria, que ha pretendido imponer al conjunto de la sociedad, un pensamiento único, con base en una ideología demencial. Para este propósito, acallar, suprimir o apoderarse de los medios de comunicación es pieza clave.
Desgraciadamente han logrado parte de sus objetivos.
No obstante, aun quedan medios, que haciendo de tripas corazón y resistiendo valientemente la arremetida brutal de un petroestado al servicio de aquella idea enajenada, se mantienen informando y opinando para toda la colectividad y no al servicio de una parcialidad política.
El diario TalCual, dirigido por Teodoro Petkoff, es uno de ellos. Particularmente, ha sido hostigado por acciones en las que jueces, doblegados perrunamente frente al poder, se han prestado para urdir patrañas sin fundamento jurídico alguno, solo para complacer a uno de los más desprestigiados capos del régimen corrompido chavista.
Hoy, los demócratas venezolanos que no nos rendimos ante la barbarie, nos solidarizamos con un diario que es ejemplo probado de calidad, seriedad y coraje periodístico. Repudiamos las medidas judiciales contra sus directivos, particularmente contra su director, nuestro viejo amigo Teodoro Petkoff.  

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV

    


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