martes, 21 de agosto de 2012


          ¡A LIAR BÁRTULOS, PRESIDENTE¡


                                


Las cosas en el país siguen pintando bien, muy bien. Ventean aires frescos de cambio. Las dudas y aprensiones se han ido disipando a medida que vemos el discurrir de la campaña electoral. Ya el ganador se perfila con mayor nitidez; al olfato público se suman datos concluyentes y confiables de los sondeos. El saliente, por lo que se ve, debería ir preparando la retirada.
Por otro lado, las fuerzas democráticas lucen fortalecidas como nunca, después de haber dejado atrás en el camino unas cuantas pifias y varios desencuentros absurdos. El respeto, en general, de los acuerdos unitarios ha sido la clave para los grandes avances obtenidos este año. Éstos, a su vez, han ido generando nuevos y reales logros, alcanzados a punta de grandes esfuerzos y voluntad, que auguran buenos resultados de cara a un adversario inescrupuloso, corrupto y ventajista como el que tenemos.
Mantener y reafirmar esa sólida unidad será vital a la hora de acometer la complejidad de los problemas que hay por delante en el nuevo gobierno, desde los temas de gestión hasta los de gobernabilidad. El desastre institucional, económico y moral  será el rastro nefasto que dejarán los especialistas en demolición de sociedades, hoy en el poder. Habrá que poner mucho empeño en la reconstrucción de un tejido democrático vuelto jirones por el autoritarismo neofascista y militarista que desgobierna al país.    
En este marco de circunstancias políticas, no es una ganancia menor el haber neutralizado aventureros, pesimistas de oficio y supervisores de “goteras”, que, afortunadamente, son cada día menos, sentenciados por una mayoría altamente moralizada a los últimos puestos de la fila.
Mes y medio falta para la cita electoral y en el campo de la contienda las fuerzas se nivelan. La simetría de contendores es un hecho cierto, pero la curva del candidato que representa la opción de cambio apunta hacia arriba, mientras que la del responsable del desbarajuste actual se hunde. Son las empresas serias de sondeos que lo dicen.
Sin embargo, el “ojómetro” es más contundente. Basta ver las entusiastas y nutridas concentraciones del candidato de oposición en aquellas poblaciones en las que antes ganaba ampliamente el oficialismo, para concluir que un fenómeno contrario se está produciendo en esta oportunidad. El desencanto cunde en las filas pro-oficialistas, y en éstas la mirada se vuelve hacia quien está ofreciendo un verdadero cambio, un bienestar efectivo, el reencuentro de todos y la paz.
Los analistas del gobierno andan alarmados. Javier Biardeau, ficha oficialista lo dice en un artículo reciente: El equipo de campaña de Capriles sabe muy bien lo que está haciendo: están haciendo una perfecta actividad de campaña planificada dirigida a aquellos lugares donde tenemos debilidades electorales claramente manifiestas, mientras el Comando Carabobo se duerme en los laureles. Están identificando las locaciones de los municipios donde Chávez ha perdido respaldo electoral. ¿Lo sabe acaso el Comando Carabobo? Busquen la tabla nacional para ver si ocurre 'algún milagro'  y le hacen saber a nuestros decisores del Comando Carabobo que donde han ocurrido mayores arritmias electorales es donde la brechas se han cerrado, o peor aún, donde ya la oposición le gana al chavismo.”  Y remata: "Estamos pelados, incluido Chávez. Sigan mirando pal techo.
Mientras tanto, el candidato del gobierno derrocha miles de millones "nariceando" a  empleados públicos que no tienen otra alternativa que ceder al chantaje. Al contrario,  al candidato de la democracia y el progreso, Henrique Capriles, lo acompañan miles y miles de venezolanos de manera espontánea, sin que medie coacción o compra de lealtades.
Al principio de estas líneas digo que la cosa está pintando bien, y sí, podemos afirmar que de manera auspiciosa. Pareciera que al fin vamos a salir de un gobierno ruinoso, calamitoso y siniestro. Muchos y difíciles retos nos aguardan. Sólo unidos los remontaremos.
Que el inquilino de Miraflores vaya preparándose a liar bártulos. La salida está cerca, y que no olvide sus uniformes verde-oliva y demás arreos de milico. Que el que viene a relevarlo es un civil y demócrata.

EMILIO NOUEL V. 

@ENouelV  




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