jueves, 19 de junio de 2014

JORGE GIORDANI, DESTRUCTOR Y FARSANTE

No sólo es uno de los artífices directos, por su influencia en el finado Chávez, del desastre económico y social que está viviendo Venezuela. Es también un soberano embustero al igual que su adorado mesías, cuando pretende meternos la coba de una supuesta gesta en la que habría participado en su juventud contra el gobierno de Chapita Trujillo.
En una suerte de carta-testamento, el señor Jorge Giordani se desahoga diciendo lo que piensa del gobierno que viene de defenestrarlo. Un gobierno que supuestamente no le hizo caso, que no lo dejó repartir los dólares como él quería. ¡De la que nos salvamos! la situación hubiera sido aún peor, lo que es ya decir mucho.
En su reproche al gobierno militar venezolano, además de hablar de “planificación transubstanciadora” (¿?????), lo que queda claro es que no lo hace desde la autocrítica o desde la posición del que manifiesta un propósito de enmienda, un arrepentimiento por el mal infligido a la Nación o frente al desbarajuste económico que coadyuvó a generar como gurú del causante principal de toda la crisis que padecemos. No. Lo hace a partir de su fidelidad al proyecto político-ideológico de destrucción nacional que adelantó junto a los que gobernaron con él, de su adhesión al modelo económico aberrante y perverso que ayudó a instaurar.  
Pero de todo lo dicho, lo que más llama la atención es la gran patraña que representa su supuesta participación en la lucha contra el tirano de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo. Dice Giordani: continuaré luchando por la independencia de Venezuela y la del continente latinoamericano y caribeño, con la misma constancia que lo he hecho desde que decidí empuñar las armas contra la dictadura oprobiosa de Trujillo, siendo aún estudiante de ingeniería en la Universidad Central de Venezuela, en 1959”.
Los embusteros corren siempre con la mala suerte de que cuando menos lo esperan sale un aguafiestas para ponerlos en evidencia. Y en este caso, será quien escribe estas líneas.
Casualidades de la vida. Un primo, Leopoldo Jiménez Nouel, dominicano, que para aquellas fechas vivía en Caracas y estudiaba en el Liceo Andrés Bello, con el dolor de la familia, decide ir a combatir, este sí, con las armas, a Trujillo. Tenía apenas 17 años pero sus convicciones y el compromiso con la libertad de su país, lo llevó a tal riesgosa aventura.

                                       
                                         Leopoldo Jiménez Nouel en Pinar del Rio

En Pinar del Rio, Cuba, en la finca Mil Cumbres, recibe el entrenamiento militar. Su comandante era Enrique Jiménez Moya. Desde allí escribirá al cumplir los 18: “celebré mi cumpleaños con jugo de naranja agria, una guitarra y mis compañeros.”
En la expedición a su patria, unos aterrizan en la población de Constanza el 14 de junio de 1959 y otros desembarcan, unos días después, en las playas de Maimón y Estero Hondo. La operación fue un gran fracaso. Solo quedaron vivos para contarlo, 3 dominicanos y 2 cubanos. Mi primo ofrendó allí su vida. Fue detenido, fusilado y su cadáver desaparecido.
Venezolanos habían: Edwin Erminy, Juan Cárdenas, Antonio González, José Molina, Oscar Vegas, Rafael Arrechedera, Julio Camacho, Nelson Hernández, Generoso Hernández, Luis Medina, entre otros. Hubo una embarcación que no llegó al destino y regresó a Cuba.
El que revise las listas de los expedicionarios del llamado “Ejército de Liberación Dominicana” no se topará por ninguna parte con el nombre de Giordani. Es más, si hubiera participado, con seguridad, no hubiera sobrevivido al descalabro. Está vivo hoy simplemente porque nunca estuvo en acción. Es sólo una fantasía que se inventó para engañar incautos.
De modo pues, que el señor Giordani, además de ser un demoledor de la economía nacional, es un monumental farsante cuando quiere presentarse como un revolucionario con gesta heroica incluida. En eso se parece mucho a quien lo colocó, irresponsablemente, en un cargo al que nunca debió llegar. Si el aparato propagandístico gubernamental ha querido fraguar una leyenda homérica al “mesías” Chávez, él, Giordani, tampoco podía quedarse atrás.

No contaba con que lo podíamos desenmascarar. Patético.

EMILIO NOUEL V.  
@ENouelV




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