EL TACTO DIPLOMÁTICO DE JAUA Y EL RIO
TUY
Ayer el
canciller de Venezuela, Elías Jaua, con mucho tacto diplomático de su parte,
llama escoria al presidente constitucional de Paraguay, Federico Franco.
Literalmente habría afirmado: “No es la última escoria humana y política,
Franco, presidente del Paraguay, el que va a poder ofender o agredir la memoria
de ese gigante histórico que es el comandante Hugo Chávez”.
Esta
reacción del ministro venezolano se produce por causa de unas declaraciones
dadas por el mandatario paraguayo en las que supuestamente habría afirmado que
la muerte de Chávez había sido un milagro.
Aunque
no disponemos del texto del discurso de Franco y el contexto en que fue
pronunciada tal frase, sin embargo, nos luce aquella reacción desproporcionada,
destemplada e impropia de un funcionario de tan alto rango, sin mencionar lo políticamente
incorrecta que ha sido.
Se me
dirá que no otra cosa puede esperarse de alguien que ostenta un cargo para el
que no tiene ninguna formación profesional ni experiencia, y obviamente al que
dice esto no le faltará razón.
Es la
forma poco civilizada y ruda de los que gobiernan actualmente nuestro país; así
ha sido su conducta en todos los ámbitos, en el nacional y en el externo. De
ese estilo y de un vocabulario prostibulario ya tenemos hartazgo los
venezolanos en estos terribles años de desgobierno chavista.
Pero
más allá de subrayar tales cerriles y primitivas maneras, importa comentar las
consecuencias que pueden tener para nuestro país, incluso en el marco de un
gobierno como el que tenemos.
La
imagen de nuestro país, ciertamente, se resiente aún más de lo que está. Porque
independientemente de los que gobiernan hoy, somos los venezolanos como un todo
los perjudicados con estos episodios bochornosos y reiterados.
Durante
estos años hemos visto y oído discursos en la ONU, la OEA y otros foros internacionales
que avergüenzan a cualquiera, y no sólo por sus pobres contenidos, muchas veces
disparatados y risibles. ¡Y qué decir también de las formas utilizadas!
No es
de extrañar, por tanto, la retórica de Jaua en esta oportunidad, el cual, por
cierto, no se sabe de qué se está ocupando en el gobierno; si de la cancillería
o de otros menesteres. Pareciera que más confortable se siente administrando la
Cuenca del rio Tuy (ver Gaceta Oficial No. 40.135) que atender los graves
asuntos internacionales del país. La frontera de sus preocupaciones no pasa de
los linderos de la Cortada del Guayabo.
Mayor
demostración de falta de diligencia y tacto en el manejo de las relaciones
internacionales nunca fue conocida en nuestro país.
Y esta
agresión verbal de Jaua resulta llamativa sobre todo en un tema puntual: la precariedad
de nuestra membresía mercosuriana. Todos sabemos de la forma ilegal e inadecuada del ingreso de Venezuela a ese
régimen de integración. En este evento, sin duda, fue atropellado Paraguay. Las
heridas de este maltrato aun no están cerradas. Está por verse qué pasará
cuando cese la suspensión de ese país de cara a Venezuela, de allí que el
gobierno venezolano actual, tan interesado en ese bloque comercial, debería ser
en extremo cuidadoso con los otros miembros.
El canciller Antonio Patriota de Brasil ha
declarado en estos días ante el senado de su país la intención de reintegrar a
Paraguay a Mercosur y Unasur, después de las elecciones presidenciales del 21 de
Abril.
Cabe
preguntarse cómo habrán caído las declaraciones de Jaua en el seno de Mercosur
y los que negocian la reincorporación paraguaya. Porque independientemente de
que habrá otro presidente en Paraguay a partir de este año, haber atizado el sentimiento
anti-gobierno venezolano que existe entre las principales fuerzas de ese país, en
nada ayudará a una negociación eventual en la que Paraguay archive su posición
legítima y fundamentada en la ley, en contra del ingreso de Venezuela.
En
suma, y más allá de esta particular situación, los venezolanos seguimos viendo
cómo unos improvisados profundizan el descrédito de nuestra nación más allá de
las fronteras. Mucho costará recuperar las oportunidades perdidas y la
credibilidad internacional. No obstante,
no albergamos ninguna duda de que lo lograremos en un tiempo que no será muy
largo.
EMILIO
NOUEL V.
@ENouelV
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