lunes, 8 de abril de 2013


BRICS: UN GRUPO SIN COHESIÓN


      JOSEPH NYE

CAMBRIDGE – El mes pasado, el nuevo presidente de China, Xi Jinping, eligió Moscú para su primera visita al exterior. Él y el presidente ruso, Vladimir Putin, anunciaron una serie de acuerdos y luego viajaron a Durban, Sudáfrica, para la quinta “cumbre de los BRICS”, donde se reunieron con los líderes de India, Brasil y Sudáfrica para anunciar la creación de un nuevo banco de desarrollo que pueda desafiar el predominio del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Los discursos de los cinco líderes se refirieron a un orden mundial cambiante y Xi dijo que "el potencial de desarrollo de los BRICS es infinito".

Dio la impresión de que los BRICS finalmente habían madurado. Hace tres años, yo estaba escéptico respecto de los BRICS. Y, a pesar del aparente éxito de la reciente cumbre, lo sigo estando.

Hace casi 12 años, Jim O’Neill, por entonces economista jefe de Goldman Sachs, acuñó el término “BRIC” para referirse a los "mercados emergentes" de Brasil, Rusia, India y China. Desde 2000 hasta 2008, la participación de estos cuatro países en la producción global creció rápidamente, del 16% al 22% (en términos de paridad de poder adquisitivo), mientras que sus economías tuvieron un mejor desempeño que el promedio en la recesión global que vino después.
Para los inversores, ese resultado justificaba la creación del acrónimo pegadizo. Pero luego sucedió algo raro: la criatura de los inversores cobró vida. En 2009, los cuatro países se reunieron por primera vez en Rusia en un intento por forjar una organización política internacional. Sudáfrica se sumó al bloque a fines de 2010 principalmente por razones políticas. Como le dijo O'Neill recientemente a China Daily, "Sudáfrica es lo suficientemente afortunada para estar en el grupo ya que, en términos económicos, es un país relativamente pequeño comparado con los demás". Es más, su desempeño económico ha sido bastante flojo, con una tasa de crecimiento de apenas el 2,3% el año pasado.
Por cierto, si bien los BRICS pueden colaborar entre sí cuando se trata de coordinar ciertas tácticas diplomáticas, el término agrupa a países sumamente diferentes. No sólo Sudáfrica es minúscula comparada con los demás países, sino que la economía de China es más grande que las de todos los otros miembros juntos. De la misma manera, India, Brasil y Sudáfrica son democracias y ocasionalmente se reúnen en un foro alternativo al que llaman "IBSA". Y, si bien las grandes autocracias, Rusia y China, encuentran diplomáticamente ventajoso perjudicar a los norteamericanos, ambos países tienen relaciones diferentes pero cruciales con Estados Unidos. Y ambos se han esforzado por frustrar los intentos por parte de India, Brasil y Sudáfrica de convertirse en miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Como escribí hace tres años, en términos analíticos, no tiene mucho sentido incluir a Rusia, una ex superpotencia, con las economías en desarrollo. Rusia carece de exportaciones diversificadas, enfrenta serios problemas demográficos y sanitarios y, según las propias palabras del ex presidente Dmitri Medvedev, "necesita profundamente una modernización". Es poco lo que ha cambiado desde que Putin regresó a la presidencia el año pasado. Si bien el crecimiento económico se benefició gracias al drástico incremento de los precios del petróleo y el gas durante los últimos diez años, todavía tienen que surgir otras industrias competitivas, y el país hoy enfrenta la perspectiva de una caída de los precios energéticos. Si bien apunta a mantener un crecimiento anual del 5%, su economía se mantuvo relativamente estancada el año pasado.
Si los recursos energéticos de Rusia parecen estar declinando, los de Brasil parecen más impresionantes, dado que tiene un territorio cuyo tamaño casi triplica el de India, una tasa de alfabetismo del 90% y un ingreso per capita que triplica el de India (y prácticamente duplica el de China). Pero, en los tres años desde mi evaluación anterior, el desempeño de Brasil se ha desmoronado: el crecimiento económico anual se ha desacelerado del 7,5% en 2010 al 1% el año pasado, con una proyección de una tasa del 3,5% en 2013.
Al igual que Brasil, India experimentó un incremento repentino del crecimiento de la producción luego de liberalizar su economía en los años 1990; de hecho, hasta hace unos pocos años, el crecimiento del PBI se acercaba a las tasas chinas. Este año, sin embargo, se espera que la producción aumente 5,9%, un porcentaje bastante flojo. A menos que mejore su infraestructura y tasa de alfabetismo (particularmente en el caso de las mujeres), es poco probable que India alcance a China.
Así las cosas, ¿deberíamos tomar más en serio a los BRICS de hoy que a los BRIC de hace tres años?
Claramente, de la reunión en Durban no surgió ningún detalle sobre la estructura del nuevo banco de desarrollo propuesto, lo que sugiere que se habían hecho escasos progresos en el año que transcurrió desde la última reunión de los BRICS en Nueva Delhi, donde se anunció el plan. De hecho, a pesar de la existencia de un compromiso para lanzar "negociaciones formales" con el fin de establecer el banco, no se han resuelto los desacuerdos sobre el tamaño y los porcentajes de capital del banco.
Esa falta de unidad es sintomática de las incompatibilidades subyacentes entre los miembros de los BRICS. En términos políticos, China, India y Rusia compiten por ejercer más poder en Asia. Y, en términos económicos, Brasil, India y Sudáfrica están preocupados por los efectos de la moneda subvaluada de China en sus economías.
Hace tres años, escribí que "los BRIC probablemente no se conviertan en una organización política seria de estados con ideas afines". La reunión más reciente de los BRICS no me ha dado motivos para revisar esa apreciación.


(tomado de Project Syndicate)

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