Iniciando la semana las muy anunciadas medidas de la Unión Europea
contra funcionarios chavistas se concretaron.
7 altos cargos del gobierno han sido incluidos en una lista de
sancionados con prohibición de viajar al territorio comunitario europeo y congelación
de los activos que pudieran tener allí.
Como se sabe, en Noviembre pasado había sido adoptada una medida de prohibición
sobre armas y equipos de represión interna, pero no se señaló sanción alguna
contra ninguna persona en particular.
Hoy tenemos 7 nombres y apellidos, y cargos definidos contra ellos, a
saber:
“Graves
violaciones de los derechos humanos y represión de la oposición democrática”
(N. Reverol); “detención arbitraria,
tratos inhumanos y degradantes y torturas” (Gustavo Gonzalez); “acciones y políticas que han menoscabado la
democracia y el Estado de Derecho en Venezuela, en particular, al facilitar el
establecimiento de la Asamblea Constituyente y al no garantizar que el CNE siga
siendo una institución imparcial e independiente de conformidad con la Constitución” (T. Lucena); “abogar públicamente por que los tribunales
militares tuvieran jurisdicción sobre la población civil, han menoscabado el
Estado de Derecho” (A. Benavides T.); “apoyo
y facilitación de las acciones y políticas del Gobierno que han menoscabado la
democracia y el Estado de Derecho en Venezuela, y responsable de acciones y
declaraciones que han usurpado la autoridad de la Asamblea Nacional” (Maikel
Moreno); “menoscabo de la democracia y el
Estado de Derecho al apoyar públicamente acciones contra los opositores al
Gobierno y la retirada de las competencias a la Asamblea.” (Tarek W. Saab)
y “menoscabo de la democracia y del
Estado de Derecho, en particular utilizando los medios de comunicación para
atacar públicamente y amenazar a la oposición política, a otros medios de
comunicación y a la sociedad civil.” (Diosdado Cabello).
Estos cargos son precisos y diferenciados, y si se quiere,
personalizados, lo cual es algo hasta cierto punto novedoso, que dice mucho del
cuidado que han tenido en su elaboración.
De la lectura del texto de la decisión queda claro que está ligada al
proceso de búsqueda de una solución negociada y consensuada a la grave crisis
de Venezuela. Sin duda, busca presionar en ese sentido. Al decir de manera
expresa que son medidas reversibles, se deja espacio para la espera de lo que suceda con las
gestiones que están siendo realizadas, fundamentalmente, con la negociación aún
incierta en República Dominicana.Y son reversibles porque no es un tribunal el que las emite, sino organo politico.
Para el Consejo
de la UE el dialogo constructivo y la negociación son la única manera de resolver
la crisis y responder a las necesidades acuciantes del pueblo de Venezuela, y
apoya totalmente “negociaciones creíbles”
entre los actores relevantes que puedan conducir a “soluciones compartidas”. Subrayan, igualmente, que del respeto de
las instituciones democráticas, la adopción de un calendario electoral completo
y la liberación de los presos políticos, dependerá que las medidas puedan ser
dejadas sin efecto.
Dejan también bien
claro que las medidas de ningún modo apuntan a perjudicar al pueblo venezolano,
que su interés es más bien buscar alivio a su sufrimiento actual.
En tanto que
venezolano que anhela la restauración de la democracia y de las libertades
perdidas en los últimos años, saludamos tal decisión de una parte importante de
la comunidad internacional. Son los representantes de un bloque de 27 países, cuyo
peso político y económico es crucial en el mundo de hoy; y entre ellos, dos
miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Esta medida
forma parte de un conjunto de acciones que han adelantado países de nuestro hemisferio:
EEUU y Canadá, a las que se suman las gestiones que viene realizando el Grupo
de Lima desde la OEA y en otros espacios. Tales medidas son la expresion politica, juridica y moral que coloca a la democracia y los DDHH como obligacion imprescriptible para todos los Estados, por encima de sus poderes soberanos.
El gobierno de
Venezuela cada día que pasa se aísla más. El cerco que se ha ido tejiendo
contra él se va cerrando. Su situación económica no es sostenible por mucho
tiempo, ha destruido prácticamente a los aparatos productivos público y privado
y solo le ha quedado liquidar el oro y otros metales de manera no muy transparente.
Sigue apostando a un fantasioso aumento del precio del petróleo.
La tragedia
social que vivimos los venezolanos es pavorosa y aspiramos que la presión que
se ejerza sobre el gobierno desde dentro y fuera del país, conduzca en corto
plazo a una salida negociada y pacífica de una situación que nos ha colocado al
borde del abismo.
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