domingo, 23 de marzo de 2014

                            CARIBEÑOS Y BOZAL DE AREPA

                              


Soy de los que cree que no todo apoyo de los gobiernos de la región a la neotiranía militar de Venezuela deviene de razones crematísticas.  La cosa es más compleja que eso, los simplismos no ayudan a comprender bien el asunto.
Ciertamente, unos cuantos voltean hacia otro lado frente a las arbitrariedades del gobierno venezolano y votan en instituciones intergubernamentales a favor de él, por causa de jugosos negocios o porque reciben dádivas muy generosas, contrastando éstas con las muchas penurias de nuestro país.  Allí no hay discusión.
Sin embargo, hay gobiernos cuya conducta de cara a lo que acontece en nuestro país responde a intereses distintos, político-ideológicos y/o geopolíticos. No es lo mismo lo que mueve a Brasil o Cuba que lo que induce a República Dominicana o Grenada a comportarse de esa manera. El “bozal de arepa”, como decimos en Venezuela, no opera para todos de igual manera.
La votación que favoreció al gobierno en estos días en la OEA con ocasión del intento fallido del gobierno de Panamá de volver a llevar nuestra crisis a discusión, es una muestra adicional de cómo tales motivaciones se combinan para un resultado. Por cierto, mediáticamente hablando, el tiro le salió por la culata en esta oportunidad a los que impidieron el tratamiento del tema. La cobertura periodística a las declaraciones de la diputada venezolana María Corina Machado, presente en esa reunión, fue mayor.
Pero lo más llamativo, sin duda, es el chantaje que ha ejercido el gobierno venezolano durante estos años, sobre pequeños países, a los que prácticamente se les ha regalado nuestro petróleo. La indiferencia ante las violaciones a los derechos humanos en Venezuela tiene su precio, y allí los principios morales salen muy mal parados.
A tal punto ha llegado el “agradecimiento” de estos gobiernos, que en la campaña electoral pasada en República Dominicana, ocurrió algo insólito. El candidato Hipólito Mejías llegó a declarar que Chávez era “el segundo padre de la Patria”. No sé qué habrán pensado entonces los dominicanos sobre tal aseveración, pero a uno, desde lejos, no deja impresionar.
En estos días el canciller de Dominica manifestó que Chávez fue “el hombre más generoso del mundo”, y claro, después de haber recibido estos años el correspondiente subsidio, no es para menos.
Estos países del Caribe representan en la OEA 14 votos. Si a este número sumamos los de Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Surinam y Guyana, compinches todos del chavismo, la mayoría está garantizada para cualquier decisión que interese a este último.  
Para los que ignoran la historia de Venezuela, incluso la reciente, antes de que llegara el gobierno chavista, los países de Centroamérica y el Caribe gozaban de un trato especial y diferenciado en materia de suministro de petróleo. Mediante el Pacto de San José suscrito con México en 1980, se acordó suministrar 160 mil barriles de petróleo diarios a esos países, lo que incluía también un programa de cooperación para el desarrollo.
Obviamente, Chávez cambió las condiciones colocándolas a niveles de casi regalo, de allí que se haya ganado los calificativos mencionados.
No nos debe entonces extrañar que suceda lo que sucede en instancias como la OEA.
Por la plata baila el perro”, dice la sabiduría popular, y tiene mucha razón las más de las veces. Pero no hay que olvidar que en política internacional hay también otros porqués.


EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com




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