"GUERRA ECONÓMICA”
En la historia política de los pueblos no son pocos los casos
de forja de documentos falsos o de montajes de historias adulteradas con fines
aviesos.
Ellos han servido para la persecución de los adversarios, a
los que se desea apartar del camino por incómodos, con el propósito de alcanzar
o mantenerse en el poder.
Los llamados “Protocolos
de los Sabios de Sión”, aún hoy utilizados por algunos antisemitas, son un
ejemplo de hasta dónde puede llegar la perversidad en la lucha política y
social. Se sabe que fueron fraguados por las autoridades zaristas para
justificar los pogroms contra la
población judía; y sin embargo, hay muchos que siguen hablando en la actualidad
de una supuesta conspiración judía para apoderarse del mundo, en los términos
de esos protocolos.
En nuestros predios latinoamericanos, esa práctica perversa de inventar patrañas es también moneda corriente.
En Venezuela, la dirigencia chavista, incluido el finado
Chávez, no es la excepción en el tema. La paranoia delirante ha sido notoria en
diversos momentos de este gobierno.
Todos recordamos historias risibles, el ridículo
internacional largo y parejo que han protagonizado. El terremoto de Haití generado por la marina
norteamericana, tesis estrambótica esgrimida por Chávez, forma parte de esa
historia de paranoia. El Directv que te espía a través de tu televisor del
impresentable cínico Carreño. El supuesto envenenamiento de Bolívar desmentido
por la ciencia seria. Las decenas de
magnicidios anunciados sin pruebas ni detenidos. Y el gran invento, un cáncer
inducido a distancia por la CIA, como causa de la enfermedad y fallecimiento de
Chávez.
Obviamente, todo este tinglado retorcido y siniestro tiene efecto
en gente sencilla y crédula. Y el gobierno lo sabe. Por tal razón, lo usa para
manipular la opinión en función de mantenerse en el poder.
Con lo de la “guerra económica”
ocurre lo mismo. Es asombroso el caradurismo de los altos funcionarios
chavistas. Con su rostro muy lavado y gran solemnidad, oímos y vemos expuestos
los presuntos planes de sabotaje económico, incluso ante representantes
oficiales de otros países, que para sus adentros se carcajean de tales
disparates.
En reunión de Mercosur que tiene lugar en Margarita, el
ministro Rodríguez Torres, sin ningún escrúpulo, habla de un espionaje de EEUU que se habría
producido en los últimos años, con vista a “conocer
la economía venezolana”, para luego desencadenar una “guerra económica”, fase en la que se estaría en estos momentos.
Según el Ministro, el espionaje buscaba “clarificar las debilidades de la economía venezolana, para lanzar los
ataques principales y secundarios”.
Algo más cómico no se había visto antes en este país. La debilidades
de la economía nacional las conocemos de sobra los venezolanos y el mundo sin necesidad
de espiar. Sólo un ignorante o un cínico podrían haber declarado tal sandez.
Sólo uno que cree que tiene imbéciles como audiencia.
La paranoia reiterada de decir que Venezuela, “el país más rico del mundo”, es “objetivo del imperio estadounidense”, es
una demostración adicional del inconmensurable analfabetismo económico del que ni
sabe manejar la inseguridad del país. EEUU va en camino, a mediano plazo, de no
necesitar comprar petróleo a Venezuela y otros países, y nuestro país, cada día pierde más relevancia económica y política.
Por otro lado, Venezuela “¿”el país más rico del mundo”?
Una ocurrencia más para reírnos de las excentricidades de quien sólo
busca enemigos externos con sus propios “Protocolos
de Sion”, para esconder la propia incapacidad, el fracaso estruendoso de su
desgobierno económico, el cual pareciera que se profundizará, visto que sólo
les pasa por la cabeza seguir insistiendo en lo mismo que hasta ahora resultado
dañino para el bolsillo de los venezolanos y la salud de la economía.
A otros con esa farsa de guerra económica. Está claro que los únicos que han conspirado contra los intereses del país están en el gobierno.
Emilio Nouel V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com
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