jueves, 26 de septiembre de 2013

¡La globalización es fabulosa!


  Tom G. Palmer

La globalización provoca fuertes sentimientos en mucha gente, pero hoy no voy a hablar mucho sobre sentimientos. Hablaré sobre razones, lógica y evidencia. Es importante que los argumentos tengan sentido, que puedan ser verificados o rechazados, y que podamos cautivar nuestro corazón a través de la mente. Yo espero poder cautivar sus mentes para que así Ustedes puedan poner sus corazones al lado de la humanidad.
Es común que los oponentes de la globalización utilicen el término para describir todas las características de la vida humana que a ellos no les gustan. Yo usaré "globalización" más precisamente para referirme a la disminución o la eliminación de las restricciones estatales en los intercambios a lo largo de las fronteras, y al cada vez más integrado y complejo sistema global de producción e intercambio que ha surgido como resultado. Las inquietudes radican en cuáles son los efectos que la globalización verdaderamente tiene y si éstos son beneficiosos o perjudiciales.
El asunto político fundamental es si una frontera debiese ser utilizada para frenar las transacciones que se llevarían a cabo si ambas partes estuvieran en el mismo lado del borde. ¿Se le debe permitir a los productores de trigo de Estados Unidos comprar teléfonos celulares a gente en Finlandia? ¿Se le debe permitir a las tejedoras de Ghana vender camisas y pantalones a los trabajadores alemanes?
Yo creo que la respuesta es sí. Los oponentes de la globalización, de la izquierda y la derecha, desde Ralph Nader hasta Patrick Buchanan y Jean Marie Le Pen dicen que no. Antes de explicar mi sí, debo enfatizar que el debate no trata sobre la interacción de números, sino sobre la interacción de gente de verdad, gente de carne y hueso con cuerpos, mentes y vidas de importancia y trascendencia.
Con el fin de poner esa carne y huesos en argumentos formales, déjenme contarles una historia. El año pasado, un amigo maya que enseña antropología en Guatemala me llevó a las tierras montañosas mayas. Él me contó que antropólogos de Europa y Estados Unidos que quieren "estudiar" a los aborígenes se quejan de que muchas mujeres mayas ya no visten sus hermosos trajes indígenas hechos a mano todos los días. Últimamente este atuendo está reservado para ocasiones especiales como bautismos y matrimonios. La reacción de los visitantes es casi de horror unánime. Los mayas están siendo despojados de su cultura, afirman ellos. Son las primeras víctimas de la globalización y el imperialismo cultural.
Los visitantes no se molestan en preguntarle a las mujeres mayas el por qué muchas de ellas no visten los atuendos tradicionales, pero mi amigo sí lo hizo. Las mujeres le dijeron que ellas ya no utilizan los vestidos hechos a mano porque éstos se han vuelto muy caros. ¿Qué significa cuando vestidos a mano se han vuelto muy caros? Significa que la mano de obra de una mujer maya se ha vuelto más valiosa. En lugar de pasar horas y horas en un telar manual cociendo un vestido para usar, ella puede usar ese tiempo para cocer el mismo atuendo para vendérselo a una dama en Francia y utilizar los ingresos para comprar tres conjuntos-y anteojos, o una radio, o un medicamento para combatir la fiebre del dengue. O pueden las mujeres hacer otros trabajos y todavía estar en capacidad de comprar muchas de las cosas que ellas quieren. No están siendo despojadas. Ellas se están haciendo más ricas. Y desde su perspectiva, eso no es algo malo; pero es una gran decepción a través de los ojos de los que mi amigo llama los "turistas de la pobreza" anti-globalizadores, quienes gustan tomar fotos de gente pobre colorida.
Así que cuando discutimos la globalización, tengamos en cuenta a las mujeres que cosen vestidos que cada día se hacen más caros como para que vestirlos todos los días. Esa es la gente de carne y hueso cuya suerte será decidida, para bien o para mal, por el debate sobre la globalización. ¿Se harán más ricos o más pobres? ¿Vivirán más o menos como consecuencia de nuestras políticas sabias o estúpidas?
Mitos sobre la Globalización
La Globalización destruye empleos: Las políticas comerciales no afectan el número de empleos pero sí afecta el tipo de labores que la gente tiene. Si el proteccionismo incrementa la cantidad de trabajos en industrias competitivas de importación, igualmente reduce el número de puestos en industrias de exportación, es decir, en las compañías que producen bienes que hubieran sido intercambiados por bienes que hubieran sido importados pero que ahora son más caros debido a los aranceles o que son excluidos por las cuotas. Después de todo, las exportaciones son el precio que pagamos por las importaciones, así como las importaciones son el precio que los extranjeros pagan por nuestras exportaciones. Así que si uno reduce el valor de lo importado a través de un arancel, uno disminuye el valor de los bienes exportados que pagan por esas importaciones. Eso se traduce en una pérdida de empleos en la industria exportadora.
La Globalización dirige el capital hacia donde los salarios son más bajos, explotando a los trabajadores más pobres: Si fuera cierto que el capital fluye hacia donde los salarios son más bajos, entonces deberíamos esperar que Burkina Faso y otros países con mano de obra empobrecida estén inundados con inversión extranjera. La afirmación tiene implicaciones comprobables, así que podemos chequear. Durante la década de los noventa, el 81% de la inversión extranjera directa de Estados Unidos fue a tres partes del mundo: al desesperadamente pobre Canadá, a la empobrecida Europa Occidental, y al hambriento Japón. Los países en desarrollo (con salarios crecientes) tales como Indonesia, Brasil, Tailandia y México representaron el 18%. Y el resto del mundo, incluyendo a toda África, se repartieron el 1% restante. Los inversionistas ponen su capital en los lugares que les ofrecen los mayores retornos, y por lo general es en donde los salarios son los más altos, no los más bajos. Además, las empresas conformadas por inversionistas extranjeros tienden a pagar salarios más altos que las compañías domésticas, ya que los extranjeros quieren atraer y mantener a los mejores trabajadores.
El capital es exportado de los países ricos al Tercer Mundo en donde se crean fábricas que explotan a los trabajadores para luego exportar montones de bienes baratos a los países ricos, generando un superávit comercial en los países pobres y reduciendo la manufactura en los países ricos, por lo cual al final todos terminan peor: Frecuentemente escucho este cuento en las universidades. Es tan confusa que es difícil saber por dónde empezar. Primero que todo, no es posible tener un superávit en la cuenta capital y un superávit en la balanza comercial al mismo tiempo. Si uno exporta más de lo que uno importa, uno está obteniendo algo a cambio por sus exportaciones, y lo que uno obtiene es propiedad de activos-o inversión bruta-en los países hacia donde uno está exportando. Si uno importa más de lo que exporta-como lo ha hecho Estados Unidos durante algunas décadas-uno tiene que venderle algo a los extranjeros que le están enviando sus productos, y lo que uno vende es activos, como acciones de compañías. La identidad contable fundamental es:
Ahorro - Inversión = Exportaciones - Importaciones
La mayoría de los escenarios temerarios conjurados por los oponentes de la globalización descansan en la simple ignorancia de los elementos más básicos de contabilidad del comercio internacional.
La Globalización representa un deterioro de los estándares ambientales y laborales: Otra falacia es la de que el capital fluye a donde los estándares ambientales y laborales son los más bajos. Pero revisemos los hechos. Los inversionistas invierten en los lugares donde los retornos son mayores, los cuales tienden a ser donde la mano de obra es la más productiva, los cuales son donde la gente es más acaudalada-y la gente más rica tiende a demandar mejores, y no peores, condiciones ambientales y laborales. Los dos casos más citados como ejemplos de supuestos efectos negativos sobre el ambiente-los del "atún-delfín" y "camarón-tortuga"-muestran un mejoramiento, no un deterioro, ya que otros países han adoptado los estándares legales de Estados Unidos para proteger a los delfines y a las tortugas.
Lo mismo es cierto sobre las condiciones laborales. Los trabajos en las empresas propiedad de extranjeros son usualmente los más buscados, ya que pagan mejores salarios y ofrecen mejores condiciones laborales que las alternativas domésticas.
La Globalización crea una cultura norteamericana homogénea alrededor del mundo: De hecho es cierto que Estados Unidos es culturalmente atrayente y que alguna gente-usualmente las elites-se oponen a esto. Pero consideremos la moda que ha tomado a todo el mundo por sorpresa, el pequeño mago inglés Harry Potter, o la locura que invadió a los niños de siete años alrededor del mundo hace poco con el fenómeno japonés de Pokemon, así como el también japonés Animé, la industria cinematográfica india "Bollywood", y muchas otras contribuciones de culturas que no son la estadounidense, las cuales nos han enriquecido a nosotros y a otras gentes. Eso sin mencionar a la comida tailandesa, o la habilidad de poder escuchar canciones grabadas en casi todas las lenguas habladas en el planeta. Si las culturas permanecieran selladas herméticamente y sin cambios, dejarían de ser culturas humanas; se convertirían en exhibiciones de museo. La globalización nos enriquece culturalmente.
La Globalización crea desigualdad: Las causas del aumento y disminución de la desigualdad son complejas, pero hay una verdad substancial en la afirmación de que la globalización crea inequidad: la brecha en la riqueza entre aquellos países con economías cerradas y aquellos que practican el libre comercio continúa ensanchándose. Esa no es la desigualdad que los anti-globalizadores tienen en mente. Dentro de los países que han abierto sus economías al comercio y la inversión, las clases medias han crecido, lo que quiere decir que existe menos inequidad, en lugar de más.
Beneficios de la Globalización
La Globalización conduce a la paz al disminuir los incentivos para el conflicto: El proteccionismo está basado en una mentalidad y un correspondiente conjunto de políticas que enfatizan los intereses opuestos de las naciones. En contraste, el libre comercio une a los países en paz. Hay un viejo adagio que dice que "cuando los bienes no pueden cruzar las fronteras, los ejércitos seguramente lo harán."
El comercio genera riqueza: Imaginen que alguien inventó una máquina que le permitiría a uno pasar por una puerta las cosas que uno puede producir más barato y que por la otra puerta saldrían las cosas que a uno le gustaría tener pero que cuesta más producir. Los australianos podrían pasar ovejas por una puerta y de la otra saldrían carros y fotocopiadoras. Los japoneses podrían meter video caseteras y estéreos en una puerta y sacar petróleo, trigo y aviones de la otra. El inventor de dicho artefacto sería visto como un benefactor de la humanidad-hasta que Ralph Nader o Pat Buchanan muestren que el invento es... ¡un puerto! Entonces, en lugar de ser considerado un héroe, el "inventor" sería vilipendiado como un destructor de empleos-un apátrida que debe ser expulsado. Pero, ¿cuál es la diferencia entre esa máquina tan maravillosa y el comercio?
El comercio conlleva beneficios para todos: El error más común del proteccionismo es el de confundir la ventaja absoluta con la ventaja comparativa. Incluso si la persona en la primera fila es mejor que yo en todo, cada uno se beneficiaría del comercio si él se especializa en lo que él hace mejor y yo en lo que yo hago mejor. El viejo ejemplo de la mecanógrafa y el abogado se aplica de igual manera a través de las fronteras así como dentro de una oficina. El abogado puede escribir reportes legales y mecanografiar mejor que la secretaria, pero ambos se benefician si el abogado se especializa en escribir reportes legales, los cuales cuestan menos en términos de producción mecanografiada perdida, y la secretaria en mecanografiar, lo cual cuesta menos en términos de pérdida de argumentación legal, ya que la secretaria es mejor mecanografiando que desarrollando argumentos legales. El producto total es mayor y ambos reciben un mayor ingreso. También esa es una de las razones por las cuales el comercio está tan cercanamente relacionado con la paz. Es por el hecho de que la gente puede verse como socios cooperando en beneficio mutuo, y no como rivales mortales, que la sociedad humana es posible en el primer lugar. El comercio es la base primordial de la civilización humana.
El libre comercio es el camino más rápido para eliminar el trabajo infantil: Alrededor del mundo trabajan aproximadamente 250 millones de niños. El porcentaje de niños trabajadores ha caído-no incrementado-con el aumento del comercio y la globalización, y por razones muy obvias. Los países pobres no son pobres porque los niños trabajan. Los niños trabajan porque son pobres. Cuando la gente se enriquece a través de la producción y el libre intercambio, envían a sus hijos a las escuelas, en lugar de los campos. El comercio global es el camino más rápido para la eliminación del trabajo infantil y su reemplazo por la educación infantil.
El comercio, la apertura y la globalización refuerzan a los gobiernos democráticos y responsables, y al Estado de Derecho: Conforme las barreras al comercio han caído, el porcentaje de gobiernos en el mundo calificados como democráticos por Freedom House ha aumentado dramáticamente. Del 40% de los países con mayor apertura económica según el Informe sobre Libertad Económica en el Mundo (co-publicado por el Cato Institute), el 90% son calificados como "libres" por Freedom House. Por el contrario, del 20% de las naciones con las economías más cerradas, menos del 20% fueron calificadas como "libres" y más del 50% fueron señaladas como "no libres." México es un buen ejemplo; la apertura de la economía mexicana a través del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica hizo posible la victoria del presidente Vicente Fox y la ruptura del monopolio de poder del Partido Revolucionario Institucional. Los defensores de gobiernos democráticos y responsables, así como del Estado de Derecho deberían apoyar la globalización.
El libre comercio es un derecho humano fundamental: Los anti-globalizadores y los proteccionistas empiezan asumiendo que ellos tienen el derecho de usar la fuerza para evitar que Usted y yo llevemos a cabo intercambios voluntarios. Pero los derechos fundamentales deberían ser los mismos para todos los humanos, y el derecho de comerciar es un derecho fundamental, uno que disfrutan todos los humanos, sin importar en qué lado de la frontera vivan. El libre comercio no es un privilegio; es un derecho humano.
El comerciar es algo distintivamente humano. Nos diferencia de todos los demás animales. Está basado en nuestra facultad para razonar y nuestra habilidad para persuadir. Como Adam Smith lo señaló en una conferencia el 30 de marzo de 1763: "El ofrecimiento de un chelín, que para nosotros parece tener un significado tan simple y llano, es en realidad el ofrecimiento de un argumento para persuadirlo a uno a hacer algo así como es para su interés." Así como él notara, otros animales podrán cooperar, pero no comercian, y no comercian porque ellos no emplean la razón para persuadir.
No sólo es el comercio distintivamente humano, también es una característica distintiva de la civilización, tal y como lo señalara Homero en La Odisea. En el Libro noveno, cuando Homero habla sobre alcanzar la tierra de los Cíclopes, ofrece algunos pensamientos acerca de por qué los Cíclopes son "bestias sin ley." Homero observa que:
Los Cíclopes no poseen naves con
proas carmesíes,
No hay carpinteros ahí para construirlas
en buenas condiciones
Que pudieran navegarlos a puertos
extranjeros de escala
Así como la mayoría de los hombres se arriesgan al mar para comerciar
con otros hombres.
Los Cíclopes son salvajes porque no comercian. Viven en el mundo preferido por los anti-globalizadores, un mundo sin comercio, un mundo en donde toda la producción es local.
El proteccionismo debería ser rechazado no solamente porque es ineficiente. Debería ser rechazado también porque conduce al conflicto y a la guerra, porque es inmoral, y porque es incivilizado.
Traducido por Juan Carlos Hidalgo para el Cato Institute.

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