martes, 29 de mayo de 2012


EL GRAN RELAJO Y EL RESORT DE


TOCORÓN 

E. Nouel V.


Por donde sea que lo mires el gobierno venezolano actual es un inmenso relajo. Desde el tránsito terrestre, pasando por las empresas estatales, hasta en las leyes que hace. Todo es un despelote, no hay ideas ni iniciativas razonables. Esto no puede llamarse administración pública ni nada que se le parezca, le queda grande el nombre. Y el que pudo en algún momento esperar de él otra cosa, lo hizo por ingenuidad o ignorancia. A Venezuela la desgobierna la barbarie, sin duda.

                                       

La destrucción criminal de las instituciones ha sido la nota característica del chavismo al frente del Estado. Esto ha permitido que la delincuencia, sí, la delincuencia pura y dura, se haya filtrado por las distintas instancias del poder para imponer su reino, o bien directamente o a través de sus patrocinados.
Y este fenómeno, que no es exclusivo de nuestro país, ya ha venido siendo advertido por diversos estudiosos del tema.
Cuando vemos lo que está ocurriendo en Venezuela no puedo menos que recordar los trabajos realizados por dos destacados analistas internacionales algunos años atrás.
Me refiero al periodista Robert D. Kaplan (“La anarquía que viene”, 2000) y al economista Moisés Naím (“Ilícito”, 2006), quienes, desde sus puntos de vista particulares, alertan sobre la forma como las redes de delincuentes, en virtud de la pérdida de capacidad y la creciente vulnerabilidad del Estado para controlar las distintas expresiones criminales nacionales e internacionales y enfrentar los problemas sociales, han comenzado a influir en la política y en algunos casos, los más graves, arrebatando el monopolio de la fuerza armada a aquel; tal y como sucede, sobre todo, en ciertos países de África.
Naím, y esto viene muy a propósito de nuestro país, dice certeramente en su formidable estudio: “Los enormes y constantes márgenes de beneficio del narcotráfico global en las regiones más vulnerables, darán lugar a un poder político sustentado en el dinero obtenido gracias a las drogas y viceversa. Las formas que adopten estas combinaciones pueden variar desde la corrupción hasta los ‘estados forajidos’, pasando por la secesión, pero la dinámica subyacente será siempre la misma: los gobiernos están en desventaja frente a los narcotraficantes.
Lamentablemente, en nuestra Venezuela estamos viendo aquí y allá manifestaciones de este fenómeno global que está empoderando a las redes de criminales de todo pelaje.
La trama del caso Makled y sus conexiones con altos personeros del gobierno son una muestra palpable. Ciertas similitudes con el caso de Escobar Gaviria en Colombia son protuberantes. Solo recordemos que este personaje siniestro llegó a ser parlamentario en su país. Las relaciones del gobierno venezolano con las terroristas FARC no son un secreto. Chávez llegó a cometer el exabrupto de decir que Venezuela limitaba territorialmente por el Oeste con ellas. Ese grupo colombiano, es vox populi, se dedica al narcotráfico; de allí que no sea inadecuado afirmar que esas relaciones ratifican una deriva demencial que si no se le pone coto puede llevarnos a situaciones como las que en África describe Kaplan en su libro.
La crisis carcelaria en Venezuela nos está mostrando hasta donde ha llegado el poder de la delincuencia. Un Estado casi destruido, debilitado, dirigido por incompetentes e intoxicados por ideologías demenciales, ha tenido que arrodillarse, someterse, ante criminales que portan kalashnikov y todo tipo de armas. Un Estado retrocediendo ante el impulso desenfrenado de un crimen organizado que no consigue impedimento en quienes están obligados a meterlo en cintura.
El último episodio de las cárceles de la revolución, que es un síntoma más del relajo in crescendo que experimentamos los venezolanos, es el de la cárcel de Tocorón en el estado Aragua, convertido en una suerte de club vacacional.
De acuerdo con la prensa, allí funciona una discoteca, llamada Tokyo, que publicita incluso sus saraos a través de cuñas en la radio. La fiestas duran 3 días y más; hacen conciertos de cantantes de vallenato y salsa, contratan strippers y DJs, el alcohol corre a borbotones, imagino que igual las drogas. Hay piscina y negocios diversos; el dinero circula en millones. Es decir, las cárceles se han convertido en resorts para el esparcimiento y solaz de sus inquilinos. ¡Qué maravilla¡
¿En qué país del mundo civilizado puede permitirse semejante desaguisado? Sólo en  éste del socialismo del siglo XXI.
Esta situación sólo puede darse en un gobierno en que reinen el desorden, la desidia, la incompetencia y la locura ideológica.
Pregunto: ¿En las manos de quiénes estamos realmente?
¿Vamos a seguir permitiendo que este bochinche se profundice?
¿Es nuestro destino caer en la anomia social y en la anarquía política?
Los venezolanos tenemos una oportunidad electoral formidable el 7 de Octubre próximo para evitar este rumbo desquiciado que nos está conduciendo a un desastre seguro como sociedad. El contubernio entre hampones y seudopolíticos que permiten este relajo no puede vencer a un pueblo que desea ardientemente la prosperidad, la seguridad y la paz.
En las manos de todos, civiles, iglesia, universidades, trabajadores, militares, medios, reposa la solución definitiva. No la desperdiciemos.

EMILIO NOUEL V.

TWITTER: @ENouelV



martes, 22 de mayo de 2012


TOMÁS CUESTA:
"MÁS allá de los tópicos sobre las recepciones del embajador, la diplomacia es una de las pocas disciplinas en las que la simulación, la hipocresía y la doble moral no sólo tienen cabida sino que son imprescindibles, como la mantequilla para ligar las malas salsas. Las relaciones internacionales requieren una cierta cultura, por lo que es creencia extendida que sus protagonistas atesoran virtudes y hábitos tan recomendables como difíciles de practicar. Sin embargo, los modales austro húngaros se aparean con las intenciones tártaras, lo que proporciona a la carrera diplomática un halo de respetabilidad muy adecuado para convertir una llamada a capítulo en un navajazo por la espalda. Así, el despliegue de amabilidades y parabienes de tan altos funcionarios no es más que la coartada imprescindible para emplearse como auténticos cafres."
("LA POSICIÓN ESPAÑOLA" en ABC)

lunes, 21 de mayo de 2012


LA SUERTE DE EUROPA ES TAMBIÉN


LA NUESTRA


Emilio Nouel V.

Los cada vez más insólitos y preocupantes acontecimientos políticos de Venezuela apenas nos dejan espacio para levantar la mirada más allá de las fronteras, hacia asuntos internacionales que conmocionan el mundo y que tarde o temprano impactarán nuestro entorno cercano.
Al sentarnos a escribir en estos días, cómo no seguir comentando la grave situación europea que amenaza con hundir a esa región en un abismo social de impredecibles consecuencias, si al final no se ponen de acuerdo los líderes de uno y otro lado del Atlántico y más allá, sobre qué hacer.

                                   
                                        Reunión del G8 en Camp David

Los pronósticos de economistas de primer rango no son tranquilizadores. El debate sobre las medidas más adecuadas para impedir o frenar la debacle se ha prolongado tantos años como tiene la crisis de la eurozona, que como sabemos, es consecuencia, a su vez, de la crisis de la deuda soberana. Especialistas de distinta procedencia han hecho sus diagnósticos y predicciones, a cual más inquietante. Pero el problema central es cómo reducir la carga de la deuda para los países del sur de aquella región y reiniciar un proceso de recuperación económica.
Tienen ante sí los europeos, una suerte de dilema hamletiano. Ajustar o incentivar. Fomentar el crecimiento mediante la inyección de dinero y permitir niveles mayores de inflación, o apretar el cinturón de la austeridad con una férrea disciplina fiscal que controle la subida de los precios.
Para ambas posiciones se muestran argumentos de peso, todos respetables, todos conteniendo una parte de la verdad. Lo que llama la atención es que algunos que han abogado por el crecimiento cero, ahora pidan políticas de crecimiento. 
Sobre las causas más lejanas e inmediatas, huelgan los comentarios. Han sido suficientemente expuestas, aunque pueda haber divergencias sobre la valoración que se tenga sobre ellas, lo cual no deja de ser un tema de importancia capital para no cometer de nuevo los errores en el futuro. 
En estos días, el premio Nobel Paul Krugman señala como ineluctable e inminente la salida de Grecia de la zona euro y recomienda a España e Italia abstenerse de hacer inversiones públicas, es decir, no entrar en una dinámica keynesiana. No ve otra salida, si se quiere evitar la agudización de la crisis. Sugiere, igualmente, la inyección de liquidez por parte del Banco Central Europeo.
El economista Nouriel Roubini de New York University viene diciendo  también que Grecia debe salir de la eurozona, regresar a la moneda nacional y devaluarla. Según él, “Grecia está atascada en un círculo vicioso de insolvencia, pérdida de competitividad, déficits externos y una depresión cada vez peor. La única forma de cortar este círculo es iniciar un default con abandono del euro, en forma ordenada, de modo de minimizar los daños colaterales para ella y el resto de la eurozona.” Para Roubini, las políticas de austeridad recesiva y de reformas estructurales no resolverán la crisis.
Por otro lado, Daniel Gros, Director del Centro de Estudios de Política Europea de Bruselas, señala que nadie se opone al crecimiento como prioridad, pero se pregunta qué puede hacer Europa para generar crecimiento, y contesta que muy poco. Según él, la misma receta de crecimiento de anteriores ocasiones es la que debaten los líderes.
Gros dice que el acuerdo para los países del sur de la UE no debe ser la austeridad más un Plan Marshall, sino una austeridad prolongada más reformas al mercado laboral en esa región.  
El economista Kemal Dervis, ex funcionario de las NNUU y del Banco Mundial,  ha señalado que  la solución correcta estaría en una combinación de un razonable nivel de contención de los salarios, tasas de inflación bajas pero no negativas, al lado de  políticas microeconómicas que estimulen la productividad. Para él, una causa subyacente a la crisis es la diferencia de costos de producción entre países del Norte y Sur de Europa.
De modo que tomar en cuenta las diferencias de productividad y de competitividad entre aquellos es clave a la hora de arbitrar soluciones de la crisis a mediano y largo plazos.
Desde este rincón del planeta, apostamos por la superación de esta situación, que será difícil. En ello es importante que se venza el pesimismo y el nerviosismo que se han apoderado de ciertos sectores. Lo decisivo es que un amplio y realista diálogo conduzca a la mejor salida, la cual sería una combinación de políticas de reformas estructurales, recortes presupuestarios y crecimiento. Y ojalá sea posible evitar la salida de Grecia de la eurozona, aunque el ministro de Finanzas de Alemania ha declarado que Europa podría resistir tal salida.  
La responsabilidad no es sólo de los dirigentes políticos, es también de los pueblos a la hora de elegir las mejores opciones de liderazgo. Vienen elecciones parlamentarias en Grecia y será una oportunidad para demostrar cordura y sentido histórico; no es poco lo que se juegan. El que asuma las riendas de ese país debe estar dispuesto a negociar; la alternativa es el infierno. 
Las próximas elecciones parlamentarias en Francia también son esperadas y repercutirán en los acuerdos entre los 2 grandes de la Unión. 
La salud económica y política de Europa no es asunto exclusivo de los europeos. No podemos alegrarnos, como algunos que profesan ideologías demenciales, de las dificultades por las que pasa. A los ciudadanos de nuestro hemisferio americano nos interesa y mucho, su recuperación, incluso por razones de política mundial.
Los equilibrios necesarios del planeta son temas frente a los cuales no podemos sustraernos. Una Europa unida, fuerte y con una sola voz es garantía de los contrapesos que las relaciones mundiales de hoy exigen. Sin Europa como actor en las grandes decisiones, el mundo será más inseguro; y la democracia y las libertades se resentirían.  



EMILIO NOUEL V.

Twitter: @ENouelV
E-MAIL: emilio.nouel@gmail.com



miércoles, 16 de mayo de 2012

LOS CHINOS  SE PAGAN Y DAN EL VUELTO


EMILIO NOUEL V.

CHINA es un país con enorme peso en el mundo de hoy. Se ha convertido en un socio importante para los latinoamericanos. Su desmedida apetencia de materias primas lo ha llevado a buscarlas donde sea que ellas estén. Y Venezuela, con su petróleo, no podía quedar al margen de esta intensa búsqueda planetaria.

                            

China ha firmado con Venezuela varios Convenios (11) y un sin número de contratos (más de 300) a través de las empresas del Estado, lo que contrasta con los 20 instrumentos bilaterales firmados hasta 1998.

Decenas de empresas chinas han negociado contrataciones con PDVSA, BANDES, PEQUIVEN, CVG, CANTV, CORPOELEC, FERROMINERA, CAVIM, FONDAFA, TELESUR, MERCAL, DIANCA, entre otras.

Resulta llamativo el incremento de las relaciones comerciales de ambos países en la última década, al punto de que hoy es nuestro segundo socio comercial después de EEUU. En los días que corren los gobiernos venezolano y chino enmendaron el acuerdo del año 2009, que constituyó el Fondo de Financiamiento Chino mediante un segundo protocolo. Esta enmienda ha sido aprobada en primera discusión, y ninguna de las objeciones de carácter legal y de conveniencia formuladas por la oposición han sido oídas. Este acuerdo forma parte de lo que ambos gobiernos conceptúan como una alianza estratégica establecida en el año 2001. Este “mecanismo de cooperación financiera”, según sus creadores, tendría como objeto apoyar proyectos de desarrollo económico y social de Venezuela en un conjunto de áreas; desde industria, pasando por agricultura y energía hasta minería y tecnología.

El texto del acuerdo que pretende convertirse en ley, menciona los órganos ejecutores de las previsiones establecidas en él, a saber: las instituciones financieras: el Banco de Desarrollo de China (“el Prestamista”), por una parte, y por la otra, el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela y el FONDEN (“el prestatario”); y los “órganos comercializadores”: la Corporación China de Petróleo (el comprador) y PDVSA (“el vendedor”).

Según los gobiernos, el Fondo creado recibe los recursos que aportarán los dos países. El monto total es de 12 mil millones de dólares, de los cuales 8 mil son de origen chino y 4 mil venezolano. “El prestamista” y FONDEN aportarán en dos partes, las cantidades señaladas.

Ahora bien ¿de qué manera los recursos financieros prestados por China serán pagados por Venezuela?

Pues, con los pagos generados en las ventas de combustible y/o petróleo crudo que PDVSA haga a la Corporación China de Petróleo.

Es de puntualizar que tales pagos no entrarán a la caja de PDVSA, ni al Banco Central de Venezuela, ni a ningún ente venezolano. Las cantidades de dinero recibidas por el petróleo vendido (las ventas no serán menores a 230 mil barriles diarios), ingresarán en una “cuenta de cobro” abierta por “el prestamista” y “el prestatario”, de la cual se pagará el capital, los intereses y otros montos correspondientes al préstamo otorgado por el “El prestamista”, es decir, China.

Es decir, que los dólares provenientes de aquellas ventas petroleras a China, no tendrán otro destino que el de ingresar a la cuenta en cuestión, por estar amarrados al pago del préstamo.

Con este mecanismo, China, ni corta ni perezosa, garantiza el reembolso del préstamo otorgado, toda vez que ella se paga y da el vuelto, como diríamos por estos lares, todo lo cual dice mucho de “la confianza” que tienen los chinos con el gobierno venezolano. Con este mecanismo, ciertamente, el acuerdo está blindado, como diría el diputado chavista Cepeda. Blindado, sí, pero para los chinos.

Es de interés subrayar que el préstamo chino está programado para dos fases o tramos (A y B) de 6 mil millones cada uno. Pasar de una fase a la otra, sólo podrá realizarse si los fondos de la primera fase han sido pagados en su totalidad y a satisfacción de “El prestamista”. Por cierto, tales desembolsos ya se produjeron.

Por otro lado, llama la atención una disposición contenida en el artículo 5 del acuerdo, relativa al retorno del préstamo.

Allí se puede leer esta perlita: “Las autoridades legislativas y ejecutivas de la República Bolivariana de Venezuela, garantizarán, a través del ordenamiento jurídico, que mientras el presente Acuerdo esté en vigencia, la estructura del mencionado reembolso y las transacciones contempladas según los términos del presente acuerdo, cumplan con la legislación de la República y sean implementadas sin problemas.” (subrayado mío)

Pregunto: ¿Cómo es que el poder ejecutivo venezolano firma un acuerdo con otro país y compromete al poder legislativo a garantizar la estructura del mencionado reembolso y las transacciones contempladas, así como el cumplimiento de la legislación, a los fines de una implementación sin problemas?

¿Es que en nuestro país definitivamente se fundieron en un solo poder la Asamblea y el gobierno?

Esta estipulación del Acuerdo, a todas luces, constituye un exabrupto escandaloso, porque sin rubor alguno se desconoce la separación constitucional de los poderes del Estado, aunque ya sabemos cómo ésta es inexistente en la práctica en nuestro país.

El Poder Ejecutivo tiene sus atribuciones establecidas y puede negociar y suscribir los tratados, y luego ratificarlos después de ser aprobados por la Asamblea. Pero de ningún modo puede colocar como garantes de obligaciones asumidas por él, a otros poderes del Estado, como está plasmado en el texto en comento.

De aprobarse mediante ley el acuerdo en los términos señalados, estaría ya más que claro que los chavistas de la Asamblea asumieron hasta frente a otros países, su papel de segundones, de lacayos del poder autocrático del presidente, hasta el punto de que éste contrae obligaciones en su nombre.

Todo esto sin hablar de las violaciones a leyes nacionales (Ley Orgánica de la Administración Financiera del sector público, por ejemplo) y de si los recursos financieros recibidos serán invertidos para proyectos productivos que nuestro desarrollo demanda.

Ciertamente, vivimos tiempos ignominiosos. La factura política será gorda para los que cometen estos desatinos. Tan gorda como los miles de millones de dólares que hemos tomado prestado.



EMILIO NOUEL V.



@ENouelV

EMAIL: emilio.nouel@gmail.com


lunes, 7 de mayo de 2012


CRISIS EUROPEA Y VENEZUELA

Emilio Nouel V.



“Nos asola una ola de desconcierto. La sensación de que Europa viaja
hacia la irrelevancia, de que la prosperidad se ha mudado a Asia, pues les
hemos cedido la iniciativa fabril y pronto, la creativa.”
Luis Ventoso

En el mundo interconectado y/o interpenetrado que vivimos, lo que sucede en un país en los ámbitos político, económico o social, tiene repercusiones inmediatas o diferidas en los otros, independientemente de lo alejados o cercanos que estén.
Desde la caída del muro de Berlín, la crisis financiera asiática de los noventa hasta el derrumbe de las Torres gemelas de New York, todo trajo consecuencias para el planeta en su conjunto.
Ésta es una realidad incontrastable que hoy nadie, en su sano juicio, puede negar.
Basta ver cómo los mercados de valores son sensibles a las elecciones. Lo vimos, por ejemplo, en una caída de apertura en los mercados europeos y asiáticos al día siguiente de los comicios en Francia y Grecia esta semana.
Por tanto, la crisis azarosa que está experimentando gran parte de Europa no la podemos ignorar desde este lado del “charco” si queremos comprender a cabalidad lo que allí sucede y la medida de lo que puede afectarnos.
Hemos visto cómo se han derrumbado gobiernos de distinto bando ideológico como secuela de ella.
España, Portugal, Islandia, Italia y recientemente Grecia y Francia, son ejemplos notorios de esta situación. Por supuesto, no todos ellos tienen el mismo peso y significación en la región y fuera de ella.
Obviamente, cada caso tiene sus especificidades y causas internas. Pero todos estos eventos están enmarcados en un mismo entorno global que los condiciona en mayor o menor medida.
En relación con esta crisis, estamos presenciando un debate intenso acerca de lo económico-financiero-fiscal, que ha dividido las opiniones respecto de las opciones de políticas a seguir.
La importancia de esta discusión es tal, que en ella se han involucrado, además, destacadas figuras internacionales, incluso, premios Nobel de economía, como Paul Krugman o Joseph Stiglitz.
Como se sabe, están enfrentados los que propugnan programas estrictos de austeridad y los que resaltan la idea, más bien, de políticas que impulsen el crecimiento de la economía inyectando recursos. En ambas posiciones, hay “extremistas”.
Se ha acusado a la canciller alemana, Angela Merkel, de tratar de imponer políticas fiscales muy rígidas.  En este predicamento la habrían acompañado, los presidentes Sarkozy, derrotado en las elecciones de esta semana, y el de España, Rajoy.
No la tienen fácil los mandatarios europeos a la hora de escoger cuál es la mejor política. La situación española con un paro que ronda el 23% pone los pelos de punta. Lo de Grecia no se queda atrás en gravedad.
Frente al resultado de la elección presidencial en Francia no se puede permanecer indiferente. Este país es pilar fundamental de la construcción europea, es la quinta economía del planeta y tiene un puesto en el Consejo de Seguridad. Con Alemania y el Reino Unido, garantiza la estabilidad de Europa.
El nuevo gobierno que asumirá la semana entrante no ha reducido aún la inquietud que el debate electoral generó. Todos estarán pendientes de las orientaciones económicas que en definitiva establezca Hollande. En el Reino Unido hay preocupación por los planteamientos que en campaña hizo el socialista. Con el muy apretado triunfo de éste, la renegociación  del llamado pacto fiscal europeo está sobre el tapete, aunque luce muy cuesta arriba un retroceso en esta materia. Los equilibrios en esa región, quizás, se modifiquen. Con este triunfo, la socialdemocracia se recupera. No obstante, habrá que esperar aún los resultados de las elecciones parlamentarias de junio que reflejarán cómo está dividida la política francesa.
Por lo que respecta a la política griega, hay muchos interrogantes, habida cuenta del ascenso electoral de fuerzas distintas a las tradicionalmente mayoritarias, el PASOK y Nueva Democracia. Al momento de escribir estas líneas, el encargado de formar gobierno ha renunciado por no poder lograrlo, y se le ha confiado a la izquierda radical hacerlo. La incertidumbre es enorme.
Esta crisis, igualmente, tiene dimensiones distintas a las meramente económicas. El auge de movimientos políticos ultranacionalistas, xenofóbicos o racistas constituye un aspecto preocupante en el panorama general.
El discurso antieuropeísta, el restablecimiento de fronteras que habían alcanzado una sustantiva permeabilidad, el resurgimiento del proteccionismo económico y de políticas populistas, en lugar de resolver los problemas actuales, podrían agravarlos. Pareciera que se impondrán políticas consensuadas que se acerquen a un punto medio entre las posturas enfrentadas. Sería lo más saludable, toda vez que la alternativa sería el precipicio.
Para los ciudadanos de nuestro hemisferio americano, los avances políticos, económicos y sociales de una Europa unida, han constituido una experiencia muy rica a emular en muchos aspectos.  
El papel que ha jugado la Unión Europea en los equilibrios mundiales también es un hecho que nos interesa sobremanera.
A todos nos concierne la recuperación de aquella región, a pesar de la ola de pesimismo que hoy se manifiesta allí. La historia, la cultura y los valores nos reúnen. Aproximarnos más a Europa es acercarnos a una de nuestras raíces fundamentales.
La diplomacia del actual gobierno de Venezuela ha descuidado en general las relaciones diplomáticas y comerciales con importantes países europeos que han sido nuestros interlocutores tradicionales y socios,  para volcarse hacia otras regiones o países con las que no compartimos principios, tradiciones, valores y lazos económicos.
La próxima administración gubernamental venezolana deberá, sin duda, reanudar con vigor los vínculos que nos ligan a Europa.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV

martes, 1 de mayo de 2012


DERECHOS HUMANOS Y 
DESPRESTIGIO DE VENEZUELA

Emilio Nouel V

En estos días, hemos visto en Venezuela a un gobernante ya en retirada, pero que pretende aún, con sus acciones, seguir su práctica demoledora de las instituciones,  de la economía y del poco prestigio internacional que aún queda.

                                         


Aparte del tema de la nueva Ley laboral, cocinada por un camarilla en las catacumbas del gobierno, a espaldas de todos los venezolanos, el presidente de la República ha “sugerido” a sus subalternos, concretamente, a quienes serán los miembros del Consejo de Estado, órgano éste de naturaleza consultiva según la Constitución vigente, que estudie la salida de Venezuela de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
No sabemos si a la que quiso referirse Chávez es a aquella,  o si, más bien, tenía en la  mente a la Corte Interamericana, dos instancias que, como se sabe, son distintas aunque estrechamente vinculadas por los tratados sobre la materia.
En cualquier caso, contra ambas el gobierno revolucionario bolivariano ha arremetido un sin número de veces, acusándolas de ser brazos ejecutores de las órdenes del imperialismo yanqui.
Son conocidos los dictámenes de la Comisión desfavorables a Venezuela, como también las medidas cautelares y sentencias condenatorias de la Corte.
Estas conductas apegadas a derecho, a mi juicio, les han granjeado la animadversión del gobierno de Caracas, el cual las considera casi que enemigos jurados, a pesar de que se han seguido los procedimientos y se ha respetado los derechos de las partes y las normativas en cada caso.
La amenaza que profiere ahora Chávez, por tanto, es secuela lógica de sus embestidas anteriores. Pero lo que la Corte representa para él lo resumen esta palabras: "!Hasta cuándo nosotros vamos a estar con esa espada de Damocles¡"   
Su visión acerca de las organizaciones internacionales ha sido siempre clara. Ellas han sido, para los que gobiernan nuestro país, una incómoda barrera que choca con su noción anacrónica de soberanía absoluta. El Tribunal Supremo de Justicia, en su atraso conceptual y sumisión al poder ejecutivo, ha acompañado a éste en tal conducta impropia.
Para todo gobierno despótico, cualquier compromiso internacional que reduzca su margen de maniobra para cometer arbitrariedades a su gusto, constituye un estorbo que debe ser puesto de lado.  
Y esto lo ratificó Chávez el 30 de abril en su breve discurso, cuando, desgañitado, decía que no se aceptarían imposiciones de estos entes internacionales, como si los tratados suscritos no nos obligaran a actuar con arreglo a esos compromisos mientras estén vigentes.
La Comisión de DDHH forma parte de la estructura de la OEA. Por tanto sería improcedente renunciar a ella, a menos que nos salgamos de éste órgano hemisférico, lo cual, no dudo, es un íntimo deseo del gobierno actual venezolano; de allí su apoyo entusiasta a organizaciones como la CELAC, que él cree sea la némesis de la OEA.
La Corte, sin embargo, es un ente autónomo creado mediante tratado aparte.
La Convención Americana de los DDHH de 1969 dispone que los órganos competentes, a sus efectos, son la Comisión y la Corte Interamericanas.
La primera representa a todos los miembros que integran la OEA. Y aquí este vínculo establecido por la Convención es fundamental. Su función principal es promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en los pueblos de América.   
A la Corte corresponderá decidir sobre todos los casos de violaciones de los derechos humanos que sean sometidos a su consideración por los estados partes y la Comisión; y podrá tomar medidas provisionales o cautelares de urgencia, cuando sea necesario y de acuerdo con la naturaleza del caso.
La Convención o tratado que regula toda esta materia, que forma parte del sistema interamericano de protección de los DDHH, establece que un país podrá dejar de pertenecer a este mecanismo mediante denuncia.
Tendrá efecto tal denuncia a partir de 1 año de la correspondiente notificación. Por tanto, todos los compromisos de los Estados partes se mantendrán hasta  que se cumpla tal plazo.
Para cualquier venezolano, esta amenaza cuya concreción aún está por verse,  es una expresión más del talante y ejecutorias  autoritarios, así como del desprecio hacia los derechos humanos de los que gobiernan.
Además de la inconsistencia con los principios de la Constitución Nacional en vigor, con este disparate respecto del sistema hemisférico de los DDHH, el presidente perjudica aún más la imagen de nuestro país en el mundo.
Porque no sólo se acosa y expropia a la inversión nacional y extranjera, o se cuestiona la legitimidad de la institucionalidad internacional. No solo se menosprecia el principio de la seguridad jurídica para propios y extraños.
Ahora se proyecta la imagen hacia el mundo, de que se quiere, de un plumazo, suprimir las garantías de los derechos humanos, representadas por las instituciones referidas, último recurso judicial que en la hora aciaga que vivimos nos resta a los venezolanos.
No sé cuál evaluación harán al respecto los demás países de nuestra región. No sé si vean esta declaración como una bravata más de Chávez.
No sé si será el realismo pérfido del que hablaba Octavio Paz, el que de nuevo se imponga. Pero hay evidencias de que algunos parecieran no ver lo que está más claro que el agua.
Recientemente, en una Cumbre Judicial Iberoamericana sobre “Modernización confianza pública en la justicia, nuevas tecnologías y transparencia”, que tuvo lugar en Argentina, se aprobó una propuesta de la delegación venezolana, presidida por la inefable Luisa Estela Morales, para que Venezuela sea la sede de un instituto de estudios jurídicos.
¿En qué estaban pensando los delegados de esa reunión cuando le dan tal voto de confianza a una institucionalidad que en la actualidad está más desprestigiada que nunca? ¿desconocen estos señores que en Venezuela no existe autonomía del poder judicial y que el TSJ se ha prestado a los mayores desaguisados jurídicos, incluso violando los derechos humanos? ¿Que los compromisos internacionales como los asumidos en el sistema interamericano no se cumplen en nuestro país?
Tengo dudas acerca de si el gobierno concrete en definitiva la denuncia de la Convención de marras.
De lo que no tengo la menor duda es que estamos frente a unos gobernantes autoritarios e inescrupulosos que son capaces de todo. Para quienes la garantía y protección de los derechos humanos no tienen valor alguno.

Mientras tanto, estemos o no en la Convención interamericana, un hecho incontrastable es que para el gobierno, ha sido letra casi muerta.
¿Tendrá razón el joven Jaua en eso de que a los venezolanos no nos sirve de nada la Corte Interamericana?
Ciertamente, en el gobierno arbitrario de su jefe, no.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV