¡SORPRESAS TE DA LA
CHINA!
No hay periódico en el mundo en donde uno no se encuentre con
un análisis sobre lo que está sucediendo o pudiera ocurrir en las relaciones
internacionales del planeta a partir de los más recientes sucesos políticos y
económicos que han tenido lugar en los países más poderosos, las potencias que
siguen determinando el curso de los acontecimientos humanos.
Basta ver los cientos de artículos que sigue suscitando la
llegada de Trump a la presidencia del país que más incide en el entorno global.
La inquietud que produce la incertidumbre sobre lo que vaya hacer en la Casa
Blanca, tiene a todas las cancillerías, los organismos internacionales y al
mundo empresarial transnacional, de cabeza, tratando de escrutar el futuro que
nos depara su ejecutoria gubernamental.
Ya hemos visto cómo en sus primeros días el señor Trump ha
reafirmado sus disparatadas promesas electorales.
En Europa, la misma preocupación no cesa por causa del auge
de los movimientos ultranacionalistas liderados por demagogos que persiguen liquidar
ese gran logro histórico, la Unión, los cuales con el triunfo del magnate Trump
se han venido arriba.
En Coblenza se reunieron en estos días que corren y han
llegado a afirmar que el mundo está cambiando, pero en el sentido que ellos
desean, es decir, hacia al nacionalismo a ultranza, rechazando todo lo
extranjero y repudiando las organizaciones levantadas por el llamado orden
liberal de postguerra. Sus programas contemplan un repliegue sobre sus
fronteras internas, un volcarse hacia adentro, a un desarrollo económico
endógeno, sin pensar que la reacción de los demás sería del mismo tenor, generándose
así, un enfrentamiento que podría tener consecuencias globales nefastas en
todos los órdenes de la vida.
Hoy leemos titulares como éstos: “Incierto mundo”, “Occidente
se repliega”, “Pronóstico oscuro para
EEUU”, “El suicidio anglosajón”, “Blitz commercial krieg”, “Trump, el enemigo
número uno de México”. “Reino Unido fuera del Mercado común”, “Trump contra
Europa”, “Era del desconcierto” y así tantos otros.
Visto lo visto en estas últimas semanas, no sé si aun se siga
creyendo a pie juntillas en que el Trump de la campaña electoral será otro en
la oficina oval y que las instituciones de la democracia estadounidense podrán
frenar cualquier desaguisado del inefable personaje.
Por el bien de todos espero que quienes así piensan no se
equivoquen, incluyéndome entre ellos, pero sin dejar de albergar muchas dudas.
Lo más cierto de todo esto es que a nuestro hemisferio le
esperan tiempos problemáticos.
Por lo pronto, México está siendo impactado económicamente de
forma negativa, y su dirigencia ha empezado a poner cortafuegos a lo que se le
vendría encima. Los países que poca relación comercial tienen con EEUU no se
están viendo afectados, o muy poco, como es el caso de Argentina.
Si llegare a concretarse el plan de Trump de denunciar el
TLCAN (NAFTA), las repercusiones serán sustanciales para la integración de
Norte América. Ello representará un retroceso de incalculables consecuencias,
particularmente, para los mexicanos.
EEUU y Canadá igualmente se perjudicarán con este paso, a mi
juicio, en falso. Los canadienses, sin embargo, están ya tomando sus
precauciones.
Ocurrirá lo mismo con el Acuerdo Transpacífico que poco
tiempo tiene de suscrito. Como se sabe, a este Acuerdo pertenecen varios países
de nuestro hemisferio. El mayor volumen de negocios del planeta se realiza en
esta área, y resulta absurdo que un país como EEUU, adalid inveterado del libre
comercio, se aísle. Imagino que los asesores de Trump no esperaran que haya una
apertura sin restricciones de ese mercado para los productos estadounidenses, si
EEUU, a su vez, se cierra a los que proceden de aquel.
Para Venezuela, los anuncios de Trump, más allá de los de
carácter político, en lo económico-comercial se desconocen. Nuestra relación
fundamental está en el campo energético y lo demás son las importaciones de
otros productos (manufacturados) que hacemos desde Venezuela. Trump acaba de
autorizar varios oleoductos cuya construcción paralizó Obama.
En materia de inversiones norteamericanas en Latinoamérica,
es de esperarse también alguna repercusión, habida cuenta de las insólitas amenazas
proferidas por el magnate contra las empresas transnacionales automotrices de
EEUU.
En el mundo entero se abre una nueva época de concretarse lo
anunciado por el nuevo presidente.
En la reunión del Foro Mundial de Davos, el presidente Xi JinPing se convirtió en el primer defensor de la globalización y cuestionador del
proteccionismo económico-comercial que parece entrar en auge.
¿Estarán dejando los norteamericanos y europeos el campo
libre a la China para que se imponga en el ámbito internacional económico?
¿El capitalismo global pasará a manos entonces de un país que
se autodefine comunista?
¡Sorpresas te da la China!
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
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