LA
INTEGRACION HEMISFÉRICA A INICIOS DE 2017
En estos días se han conocido varios
eventos y noticias que vale la pena comentar por las repercusiones que pudieran
tener.
Un encuentro muy importante se dió
entre los gobiernos de Argentina y Brasil. Los dos presidentes suscribieron una
declaración conjunta en la que se refieren a un amplio conjunto de temas.
Una expresión de Michel Temer ha
resaltado con ocasión de tal reunión: ´convergencia pragmática´. Y
afirma de seguidas: “Nuestra unión es todavía más necesaria en un mundo
inmerso en incertidumbres e influencias desintegradoras. Ante nacionalismos
exacerbados y de crecientes presiones proteccionistas tenemos que aproximarnos
y articularnos cada vez más. Nuestra respuesta a tendencias aislacionistas debe
ser más integración”.
Temer arremete contra las concepciones
dogmáticas, y dice que la idea entre ambos países es concentrarse en el
crecimiento económico, aumentar el empleo y el bienestar de sus pueblos, y que
de lo que se trata es de recuperar el tiempo perdido, especialmente,
re-dinamizando y rescatando el espíritu original de Mercosur: libre mercado y democracia.
La Declaración Conjunta del 7 de
Febrero próximo pasado contempla los temas de la integración fronteriza y
física, comercio bilateral, cooperación energética, tecnológica, jurídica y
derechos humanos, entre otros.
En materia de integración, se hizo
énfasis en la negociación de protocolos sobre cooperación y facilitación de las
inversiones y compras públicas; diálogo con la Alianza del Pacifico;
coordinación macroeconómica; y avanzar en el acuerdo con la Unión Europea.
En capítulo aparte, manifiestan
preocupación con la situación política, social y humanitaria de Venezuela, y
hacen votos por que el diálogo entre gobierno y oposición encuentre caminos
para superar la difícil situación que se vive.
Llama la atención que el punto de las
relaciones comerciales bilaterales se trate de manera especial, al margen del
régimen de Mercosur. Este enfoque prioritario desde lo bilateral, subrayado por
la canciller argentina Malcorra, no abona mucho en términos mercosurianos.
Otra noticia ligada al asunto anterior
es la intervención del canciller uruguayo Nin Novoa ante su Parlamento, en la
cual trata el eventual Acuerdo comercial de su país con China.
En ese país se ha desatado un debate en
el que se expresan opiniones contrarias a la suscripción de tal acuerdo.
Algunos empresarios han expresado que sería negativo para algunas actividades
industriales nacionales.
El canciller, por su parte, pareciera
favorecer ese convenio aunque admite la idea de que debería ser asumido por el
Mercosur en su conjunto. De hecho, han consultado a Argentina y Brasil al
respecto sin que aun hayan recibido respuesta de éstos gobiernos. En todo caso,
parecen abiertos a todas las opciones posibles, con o sin socios mercosurianos,
con o sin la anuencia de ellos.
Lo más cierto de todo es que los dos grandes de
Mercosur, como es la costumbre inveterada allí, se están poniendo de acuerdo
primero, marginando a los dos pequeños, y por supuesto, sin tomar en cuenta a
Venezuela, cuya condición jurídica en ese bloque es poco menos que incierta,
por no decir surrealista.
Mercosur aun no sale de su crisis de ralentización
y/o estancamiento. Es harto sabido el porqué.
El proteccionismo, en aparente auge en EEUU y
Europa, que ahora Temer y Macri critican, es como mencionar la soga en casa del
ahorcado. Estos dos países arrastran políticas proteccionistas que se
mantienen. En esa materia, los problemas entre ellos dos no han cesado. Puede
ser que ahora quieran resolverlos, habida cuenta de las nuevas orientaciones de
ambos presidentes. Habrá que verlo.
Unos cuantos puntos de relevancia (trato
nacional, acceso al mercado, reglas de origen, facilitación del comercio,
cooperación aduanera, prácticas
desleales de comercio, medidas sanitarias/fitosanitarias, obstáculos técnicos,
inversión, comercio electrónico, compras públicas, propiedad intelectual,
normas laborales, medioambiente) están planteando los uruguayos a los chinos, que afectarían todas las
normativas de Mercosur.
Por su parte, Paraguay, el otro pequeño del grupo,
suscribió con EEUU en días pasados, un TIFA (Trade Investment Framework Agreement), el cual abre un marco
regulador para acordar temas económicos de mutuo interés (acceso a mercados,
protección de los derechos de propiedad intelectual, etc).
Otra noticia a colación en este contexto, es la de
las declaraciones de Carlos “Chacho” Álvarez, secretario general de ALADI, cuyo
enfoque político no se disimula. Son una suerte de respuesta a las amenazas y
desafíos que, según él, provienen del “contexto
mundial”.
Álvarez dice: "Se trata de trabajar en la articulación del conjunto de
acuerdos que se han desarrollado en las subregiones en el plano político,
social y cultural, —además de lo
económico— y tener un proyecto de carácter latinoamericano que
ayude a fortalecer la cooperación y pasar de lo bilateral o lo plurilateral, al
plano regional reforzando nuestra
identidad”. (subrayado nuestro).
Habla
de crisis del multilateralismo, de un mundo casi ingobernable y desbocado, y de
la necesidad de una respuesta latinoamericana propositiva y articulada, con
aumento del comercio intrarregional. Remata proponiendo un Acuerdo Económico Comercial
Integral Latinoamericano. Álvarez, al igual que Temer, usa la palabra
pragmatismo.
¿Qué
posibilidades y viabilidad podría tener esta propuesta desde ALADI, tomando en
cuenta la historia de las múltiples oportunidades perdidas, de los desencuentros
permanentes, de las recurrentes refundaciones, del constante invento de
organizaciones y siglas, en fin, de las frustraciones repetidas?
¿Es aun dable una integración “latinoamericana y del Caribe” a las alturas de un mundo globalizado como el actual, en el que la amplia porosidad de las fronteras y la interconexión profunda y múltiple de las economías, hacen casi imposible un retroceso a cotos cerrados y protegidos de producción endógena?
¿Es aun dable una integración “latinoamericana y del Caribe” a las alturas de un mundo globalizado como el actual, en el que la amplia porosidad de las fronteras y la interconexión profunda y múltiple de las economías, hacen casi imposible un retroceso a cotos cerrados y protegidos de producción endógena?
¿Está
vigente la idea de seguir hablando en términos identitarios, como lo hace
Álvarez, en un mundo que va empujando hacia una ciudadanía planetaria de
identidades múltiples, no persiguiendo identidades perdidas o imposibles, ni apuntando a estrechas lealtades nacionalistas,
a pesar de manifestaciones contrarias en ciertos puntos del planeta?
No
son buenas las noticias que vienen del más grande del hemisferio y de Europa. La
bilateralización, el proteccionismo y las pretensiones regresivas hacia autarquías
nacionales en las relaciones económicas nos alejan de las soluciones que los
problemas globales nos plantean.
El
Mercosur, a pesar de la retórica de los gobiernos, se sigue mostrando incierto,
sin rumbo claro. No sabemos que terminará de ocurrir en el NAFTA, el cual significa
negocios por el orden de los 600 mil millones de dólares ¿los despreciará Trump? . El papel de China en
nuestra región ¿adonde llegará?
El
año 2017, en la materia comentada, comienza sobrecargado de interrogantes,
cuyas respuestas adecuadas sólo las puede un liderazgo continental consciente y
responsable de los graves asuntos que conciernen a todos sin excepción, más
allá de los discursos y los intereses particulares.
EMILIO
NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com
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