La ligereza de los
medios y el caso Mercosur
La ligereza con que algunos medios tratan ciertos asuntos no
es nada nuevo, y están en su derecho de hacerlo, mientras no causen un daño que
la Ley pueda castigar.
Sabemos que algunos lo hacen o por flojera, por descuido en
el manejo de la información, por ignorancia del profesional del periodismo
involucrado o simplemente porque interesa desinformar a la opinión pública.
De tales opciones la más cuestionable es la última, toda vez
que está presente en tales casos un interés particular, las más de las veces,
ilegítimo, fraudulento, cuyo propósito es falsear la realidad.
A diario vemos esto reproducirse.
Cuando quien genera estas situaciones es un gobierno
embustero, que tiene como conducta permanente y sistemática la mentira sobre su
ejecutoria gubernamental, los medios debieran ser más escrupulosos a la hora de
informar a los ciudadanos.
Obviamente, en el caso de nuestro país como en toda
dictadura, este asunto se complica. La persecución de medios y periodistas ha
sido la constante del gobierno. La intimidación y a imposición hacia las
empresas que operan en este campo no es un secreto. Los venezolanos conocemos
hasta la saciedad lo que ocurre con los medios y las maniobras de que han sido
objeto por querer ser independientes.
Ahora, regresando al tema que nos ocupa, el tratamiento
descuidado y/o sesgado de la información, lo hemos visto recientemente en el
problema internacional que se ha suscitado por causa del gobierno de Venezuela
–repito, el gobierno de Venezuela, no Venezuela- en Mercosur.
Si nos atenemos a titulares y contenidos de las notas
informativas, podemos constatar lo que decíamos al principio de estas líneas.
Pareciera que el periodista se contentara con repetir lo que
dice, por ejemplo, el gobierno, dándolo por cierto, sin investigar en
profundidad la materia o contrastar con otras fuentes lo afirmado por el
funcionario declarante.
En días pasados, la canciller Delcy Rodriguez, manifestó que
el Senado de Brasil había expresado su apoyo al gobierno en lo de la
presidencia rotativa de Mercosur. En tal sentido, agradecía esa posición.
La noticia entonces es titulada así: “Senado brasileño apoya al gobierno venezolano”.
Por lo visto, el/la periodista no intenta ir a la fuente de
lo que se afirma, en este caso, el Senado de Brasil, el cual tiene una página
web en la que se puede encontrar toda la información que esa instancia produce.
O al menos entrevistar a alguien especialista en la materia.
Si el/la periodista se hubiera tomado un tiempo prudencial
para esta tarea, con seguridad se iba a encontrar con que no era el Senado de
Brasil el que se había pronunciado, sino la presidente de una Comisión del
Senado, quien a motu proprio expresó su opinión personal. Ni siquiera los
miembros de tal Comisión en pleno consideraron el asunto, ni mucho menos está
autorizada para hablar en nombre del Senado. Fue una iniciativa individual de
la señora Gleisi Hoffman, del Partido de los Trabajadores, ex Ministra de Dilma
Rousseff y cuyo esposo, por cierto, está preso por un caso de corrupción.
Así pues, sin querer o queriendo, llevan agua al molino de la
propaganda chavista interesada, preocupada porque cada dia que pasa
el gobierno está más aislado del mundo.
EMILIO NOUEL V.
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