“una ideología extenuada de tanto fracasar”
Rafael Cadenas
¡Que nos agarren confesados!
Definitivamente, no hay voluntad de enrumbar las cosas. Se confirma lo que ya barruntábamos. Quieren acelerar la ida lo más pronto posible. Las modificaciones a leyes, como la del BCV, y la bribonada de los nuevos magistrados del TSJ, anunciaban por donde venían los tiros. Todo un paquete letal para la economía del país.
Si no, no tendría explicación la recomposición del gabinete gubernamental en los términos en que ha sido informado.
A una gestión fracasada, se suma ahora, para que conduzcan una economía en terapia intensiva, unos personajes que, con una sola excepción, no tienen experiencia alguna, ni privada ni pública, y cuyo pensamiento conocido deja mucho que desear, por lo desfasado, anacrónico y disparatado.
Soy uno de los que desde mi modesta tribuna he repetido hasta la saciedad la necesidad de diálogo y acuerdos entre oposición y gobierno con vistas a evitar un cataclismo social en el país que perjudicaría a todos.
Pero cuando vemos estas movidas ministeriales que sólo apuntan, si nos atenemos a las fichas que van a ejecutarlas, a profundizar políticas que han demostrado mayor dolor para los venezolanos, no podemos menos que sentir desconcierto ante un gobierno que se reafirma en una deriva suicida que conduce al más hondo precipicio.
Obviamente, la oligarquía en el poder ha carecido de cuadros experimentados en la gestión pública, más allá de vociferantes y diletantes de la izquierda radical. Lo ha demostrado durante todos estos años, con muy pocas excepciones; de allí el desastre obtenido, sólo disimulado por los cientos de miles de millones de dólares del petróleo.
Al frente de los cargos más importantes han estado aprendices de brujo. Ideológicamente intoxicados e ignorantes de la política, la historia, la economía y el Derecho. Con un marcado talante autoritario y antidemocrático, que afortunadamente al mundo ya no engañan.
Del resultado calamitoso de más de 3 lustros han dado cuenta los venezolanos en los últimos tiempos. El 6D pasaron una gorda factura, que ahora quieren desconocer los déspotas que nos gobiernan, valiéndose de todo tipo de triquiñuelas, exhibiendo, además, cinismo, bajeza e indignidad en sus intervenciones y acciones en la Asamblea Nacional que recientemente se instaló.
A esta conducta inmoral no escapan los demás poderes sojuzgados a Miraflores, cuyos integrantes ni se inmutan con tanto ultraje a la Patria.
La mediocridad es el rasgo definitorio de esta “institucionalidad” fallida, cuyos gestores ya no dan más. Les llegó la hora de partir. Deseamos que su retirada sea lo más ordenada y pacífica posible. Por el bien de Venezuela, deberían irse por sus propios pies, y así permitir que salgamos del marasmo en que nos hundieron.
El gabinete gubernamental recién estrenado luce de corta vida. No garantiza la recuperación del país.
Con la Constitución y las leyes en la mano se tendrá que avanzar.
EMILIO NOUEL
@ENouelV
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