viernes, 6 de diciembre de 2013

¿VUELVE PARAGUAY AL REDIL MERCOSURIANO?


                                                      

Tal y como algunos lo avizorábamos, el gobierno de Paraguay parece que decidió hacer borrón y cuenta nueva con el impasse que tuvo frente a sus socios y a Venezuela en la ocasión del ingreso ilegal de este país a Mercosur.
En esa oportunidad, Argentina, Brasil y Uruguay aprovecharon la suspensión de Paraguay de las instancias decisorias del bloque comercial, para admitir a Venezuela como miembro de pleno derecho, y así superar el obstáculo que representaba la no aprobación por parte del parlamento paraguayo, del Protocolo de Adhesión, el cual requería, según la normativa mercosuriana, la unanimidad de todos las partes contratantes.
Para tal suspensión, el impeachment contra el expresidente Lugo, calificado impropiamente de “golpe de estado”, fue el pretexto; aunque se admitió, incluso, por José Mujica, que aquella medida contra Paraguay no se ajustaba a derecho.
Pero las realidades son las realidades. Tarde o temprano, Paraguay iba a volver al redil, condicionado como está por factores internacionales políticos y crematísticos.
Sus circunstancias geográficas y económicas no le permiten un amplio margen de maniobra en el entorno al que pertenece. Está condenado a ponerse de acuerdo con sus socios más próximos, lo cual le obliga a hacerse la vista gorda frente a humillaciones sufridas.
Con el gobierno de Venezuela, beneficiario directo de la suspensión mencionada, se inició, hace unos meses, un proceso de acercamiento estimulado por Dilma Rouseff.  Hoy, Argentina y Brasil están presionando fuertemente al gobierno de Paraguay para que se avenga a una solución respecto del ingreso irregular de Venezuela a Mercosur. Pero la cuestión, desde el punto de vista jurídico, no es de fácil solución.  Los argentinos, incluso, propusieron a Paraguay que éste asuma la presidencia pro témpore en Enero próximo, en lugar de Argentina, a quien le correspondería por ley, a cambio de que reconozca la membresía de Venezuela antes de fin de año.
No hay que olvidar que Maduro, a la sazón canciller, al momento de la defenestración de Lugo, azuzó a los militares paraguayos a desconocer tal decisión constitucional, y por esa acción de injerencia fue declarado persona non grata.
Estas asperezas, por lo visto, están siendo limadas a la fecha. Paraguay y Venezuela reanudaron relaciones diplomáticas. No obstante, habrá que esperar cuál es la opinión definitiva del parlamento, pues hay resistencias, particularmente, en el Partido Colorado.
Por otro lado, debemos recordar que Paraguay mantiene una deuda importante con nuestro país; son 300 millones de dólares por concepto de productos energéticos suministrados por PDVSA, lo cual representa alrededor del 5% de la deuda externa de aquella nación.
El canciller paraguayo se ha manifestado proclive a volver a Mercosur y así poder defender los intereses paraguayos, “no se puede seguir en un limbo jurídico”, ha dicho. De allí que su gobierno haya reenviado al parlamento el Protocolo de Adhesión de Venezuela para que sea considerada su aprobación.
A esto se suma la premura que existe de cara  a la negociación con la Unión Europea, de la cual no quiere estar fuera ese país. 
Da la impresión que la “vuelta” al embrollo mercosuriano la encontraron, como era de esperarse. Los gobiernos argentino y brasileño están muy activos para finiquitar el problema. Jorge Capitanich (Arg) y Marco Aurelio García (Bra) están encima del asunto.
Queda sólo saber si pasa la prueba del senado paraguayo.
Desde Venezuela seguimos preguntándonos si los Protocolos de Ushuaia sirven para algo.

EMILIO NOUEL V.



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