CRECE LA INSEGURIDAD PARA LAS
INVERSIONES EXTRANJERAS
INVERSIONES EXTRANJERAS
Emilio Nouel V.
¡Qué manera de destruir la imagen de nuestro país¡ De nuevo el
presidente Chávez mete la pata hasta el fondo. Es una fuente inagotable de desaguisados. Una vez más yerra, no sólo
desde el punto de vista jurídico, sino también, y peor, desde el ángulo de la
política internacional.
Su última ocurrencia es insólita. El presidente se reafirma
en su deriva irracional de dañar la imagen y credibilidad del país cuando
declara frente a la controversia que provocó innecesariamente con la
EXXON-MOBIL, que no reconocerá decisión alguna del Centro Internacional de
Arreglo de diferencias relativas a Inversiones (CIADI o ICSID), ente éste que
forma parte del Banco Mundial.
En su ignorancia, cree Chávez que con amenazar o con salirse de la
CIADI, los procedimientos que ya están en curso, como es el de la referida
empresa, quedarían sin efecto y/o
liberarían al Estado venezolano de sus compromisos internacionales. Como si la
inseguridad jurídica que él ha implantado en Venezuela pudiera ser trasladada
al ámbito mundial, sin que tenga tal conducta impropia alguna consecuencia
jurídica y patrimonial para nuestro país.
Desde 2007 viene diciendo que denunciará el Convenio CIADI,
pero hasta la fecha no lo ha concretado.
"Nos amenazan, tenemos que salirnos, y no
reconoceremos decisión alguna del CIADI, pretenden lo imposible",
truena el gamonal. Para los venezolanos, nada nuevo en lo dicho; ya estamos
habituados a sus arbitrariedades y violaciones al Estado de derecho, y las
empresas nacionales y extranjeras, al acoso y a las “expropiaciones” caprichosas.
¿Se le habrá ocurrido a Chávez reflexionar apenas un momento
ante tamaño desatino? ¿Calibraría al menos un poco las graves consecuencias que
tal declaración tendría, no sólo para el caso en cuestión, sino también para el
resto de los convenios y contrataciones vigentes y futuras de la República y sus empresas?
Pues claro que no. Es demasiado pedir a un gobernante
irresponsable y descocado, que no mide el daño que inflige a la Nación con su
conducta torpe y abusiva.
Como se sabe, el CIADI está regulado por un convenio en vigor
desde 1966, del cual Venezuela es parte. El Banco Mundial promovió este
instrumento con el propósito de facilitar el sometimiento de las diferencias
relativas a inversiones entre Estados Contratantes y nacionales de los otros
estados contratantes, a un procedimiento de conciliación y arbitraje. En la
actualidad, 157 países son miembros de este convenio.
Los árbitros de este centro son personas escogidas porque
gozan “de amplia consideración moral”, tienen “reconocida competencia en el campo del
Derecho, del comercio, de la industria o de las finanzas” e inspiran “plena confianza en su imparcialidad de
juicio”.
Los países que se han sometido a este procedimiento están
comprometidos a acatar los laudos que se dicten.
Ahora bien, el hecho de pertenecer al convenio no obliga a
los países miembros a someterse a ese arbitraje siempre. Cada país tiene la
potestad de excluir sus contratos de este mecanismo. Pero una vez que una
cláusula contractual lo contemple, las partes deben acatar la decisión tomada
en tal jurisdicción en la eventualidad que se recurra a ella.
Ahora bien, el presidente Chávez ha anunciado que nos
saldremos del CIADI y señalado que no acatará una decisión de él, a pesar de
que aún somos miembros. Al respecto, debemos recordarle que el artículo 71
establece que “Todo Estado Contratante
podrá denunciar este Convenio mediante notificación escrita dirigida al
depositario del mismo. La denuncia
producirá efecto seis meses después del recibo de dicha notificación”.
Es decir, que independientemente de que denunciemos el convenio,
éste permanecerá vigente el tiempo señalado.
Por otro lado, el artículo 72 expresa que la notificación de
la denuncia “no afectará a los derechos y
obligaciones, conforme a este Convenio” que hayan nacido con anterioridad a
aquella.
O lo que es lo mismo, el gobierno venezolano o sus empresas no
podrán desconocer los derechos y obligaciones asumidas en contrataciones previas
a esa fecha.
Por tanto, la amenaza que profiere Chávez podrá ejecutarla “a la machimberra”, pero desde el punto
de vista jurídico no tendrá ningún asidero. Los laudos del CIADI tienen
carácter vinculante. De modo que los bienes venezolanos en el extranjero serán
potencialmente susceptibles de cualquier medida judicial en caso de que se
desconozcan tales decisiones, todo gracias a la conducta absurda, inepta y
lesiva a los intereses nacionales que ha mostrado el presidente al despojar a
empresas de sus bienes sin pagar las justas indemnizaciones.
Pero el problema no se queda en el asunto de la EXXON-MOBIL. Resulta
que en los convenios bilaterales de protección y promoción de las inversiones
suscritos con varios países, se incluye una cláusula de arbitraje que remite expresamente al CIADI. Estos
acuerdos son reconocidos en la Ley de Promoción y Protección de Inversiones.
En los acuerdos con Argentina, Canadá, Ecuador, España, Holanda, Paraguay, Portugal,
Reino Unido, Uruguay y Suiza, se incluye el arbitraje del CIADI como alternativa. Incluso, en el de Brasil, que a pesar de no ser miembro de ese convenio, lo ha utilizado también (casos Finlandia, Chile y Holanda)
¿Chávez va a desconocer los compromisos con los
inversionistas de todos estos países que confiaron en Venezuela?
Por otro lado, y en relación con el tema del valor de
indemnización de las inversiones, en los acuerdos con Rusia y Bielorrusia
(2008), se contempla también la posibilidad de arbitraje y establece que en
caso de expropiaciones o nacionalizaciones, las indemnizaciones se pagarán de
acuerdo con el valor de mercado de las inversiones que se vean afectadas por
esas medidas.
¿Va a alegar el gobierno venezolano que el valor de
compensación de las inversiones expropiadas es el de libros cuando reconoce el
de mercado en los últimos convenios (cláusula de la nación más favorecida)?
Si es enorme el daño que a lo interno está haciendo el
déspota de Miraflores a nuestro país, mucho mayor es el que genera con su
conducta internacional atrabiliaria y desconocedora de la legalidad. Ésta ha
convertido a Venezuela en territorio inseguro para la inversión extranjera,
causándole así un gran perjuicio a la economía. Y denunciar el convenio de
CIADI reducirá aún más la credibilidad en el país. Con esto espantaríamos a la
inversión, pues ésta no tendría garantía en la materia de solución de las
controversias que pudieren presentarse.
No faltará alguien por allí que por decir uno estas cosas se nos
acuse de traidor a la Patria o qué se yo, como si en tanto que venezolano deba
obligatoriamente solidarizarme con los disparates de un gobierno irresponsable.
Vendepatria es el que expone los
bienes de la República en riesgo de perderlos, como lo ha estado haciendo el
presidente Chávez, no sólo dilapidando el patrimonio colectivo con países
extranjeros para sostenerse en el poder, sino también tomando acciones perniciosas que luego se revierten contra los
intereses nacionales, verbigracia, los casos de EXXON-MOBIL y otras empresas.
Enderezar estos entuertos es parte de la gran tarea que habrá
de acometer el próximo gobierno. Afortunadamente, el tiempo se acorta para que
llegue.
EMILIO NOUEL V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario