CHILE: NUEVO FICHAJE DEL G-20
Emilio Nouel V.
Hace algún tiempo escribí unas líneas en las que subrayaba la
entrada de dos países latinoamericanos al club de las grandes ligas del
planeta.
Decía allí que Brasil y México habían dado el salto a una
“instancia” mundial en donde se cocinan importantes decisiones económicas y
políticas con repercusiones globales. (“Brasil
y México: interlocutores y competidores planetarios”, en Analítica.com)
Añadía que el ejemplo de estas 2 naciones y sus gobiernos, en
materia de logros económicos, cooperación e integración, podía convertirse
en una fuerza vigorosa de equilibrio mundial y hemisférico que encauce a todo
el continente por rutas de progreso, modernidad, bienestar de las mayorías y
paz.
Hoy, ambos
países son miembros permanentes del G-20 y las opiniones de sus representantes
son oídas en este espacio cooperativo y de coordinación. Las cifras económicas
dicen mucho lo que han avanzado, a pesar de las dificultades internacionales
recientes, la cuales, en el caso de México, son menos satisfactorias por su
estrecha relación con EEUU, país que ha sido muy golpeado por la crisis
financiera.
El Grupo de
los 20 es un foro de cooperación y consultas que procura la estabilidad de los
asuntos económicos y financieros mundiales. En él están países desarrollados y
emergentes. Desde Arabia Saudita, pasando por Indonesia y Australia, hasta
Turquía y Sudáfrica. Otro país latinoamericano que lo integra es Argentina.
Este foro,
a partir del Grupo de los 7, ha ido creciendo en número de países, en la medida
en que han irrumpido en la escena internacional nuevos actores estatales que
han comenzado a romper las cadenas del atraso económico y social. En él, poco a
poco, se ha ido expresando la multipolaridad que hoy es una de las características
más relevante de las relaciones globales.
Las cifras
últimas, por ejemplo, en materia de comercio exterior (Informe sobre el
comercio mundial 2011, OMC) indican que los países emergentes y en vías de
desarrollo han alcanzado una mayor participación en el total mundial. El año
pasado las exportaciones de estos países aumentaron un 17 % mientras que las de
países desarrollados un 13 %. Lo cual dice del protagonismo ascendente de los
países emergentes en este tipo de reuniones, antes más exclusivas.
El país que
para la próxima reunión del G-20 ha sido invitado es latinoamericano: Chile. Este
gesto denota y anuncia buenas cosas. Es un reconocimiento a sus éxitos como
nación. Ya forma parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) desde 2010. Pero también lo coloca en el centro de las
decisiones de gran envergadura que
habrán de tomarse en el futuro.
Con esta
invitación a la reunión de Ciudad de Los Cabos en México (18 y 19 de Junio),
Chile, como lo subraya su actual Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, recibe
un premio a su manejo económico de las últimas décadas.
Y en
efecto, este país ha mantenido en los últimos años un crecimiento promedio del
PIB del 4%. En la actualidad muestra un PIB per cápita de aproximadamente
16.000 dólares. Tiene el índice de desarrollo humano más alto de la región
(0,805); una inflación de alrededor 2,6 %. Sus exportaciones se han ido
diversificando (45% industriales, 45% mineras y 10% agrícolas) y se dirigen a
los mercados de EEUU, China, Brasil, Japón, Corea del Sur, entre otros. En
2011, de un monto aproximado de 68.000 millones de dólares, el 64%
de ellas se concentraron en China, EEUU, Japón y Unión Europea. 10 años antes,
el monto fue cuatro veces menor: de 17.000 millones. (SICEX, ALADI)
En libertad
económica, Chile está en los puestos más altos, octavo en 157 países (Heritage
Foundation). En materia de corrupción su puntuación es de 7,2 en una escala del
1 al 10 en que 1 es el más corrupto (Transparency International). En
competitividad, su puntaje es de 4,7 en una escala de 1 a 6, en la que 1 es el
menos competitivo (Foro Económico Mundial).
Por lo que
respecta a su inserción internacional, es de destacar que la estrategia
comercial seguida por este país lo ha llevado a abrirse sin complejos a los
cuatro vientos.
Es miembro
asociado de la CAN y Mercosur, condición que le permite mayor libertad a la
hora de establecer los compromisos económicos internacionales. Pertenece al
Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), área geográfica hacia la
cual está gravitando la economía mundial. Ha suscrito acuerdos de libre
comercio con la Unión Europea, Canadá, Colombia, China, Japón, México, India,
Corea del Sur y EEUU, entre otros. Y el año pasado firmó el Acuerdo del Pacífico
con Perú, Colombia y México, llamado “Arco del Pacífico”, cuya potencialidad
económica y valor geopolítico veremos en los próximos años.
Esta
orientación exitosa de su política exterior comercial, concretada en el marco
de una diplomacia de Estado, ha colocado a Chile en un sitial envidiable. Los
gobiernos de distinto origen ideológico que han pasado por La Moneda, en lugar
de torcer el rumbo de las políticas económicas y su estrategia internacional,
las han reafirmado, creando un entorno nacional propicio para las inversiones
nacionales e internacionales y sus relaciones con el mundo, todo lo cual ha
conducido a que los índices señalados más arriba sean una realidad palpable
para propios y extraños.
Chile está
cosechando los triunfos que se derivan del esfuerzo y la perseverancia de su
pueblo y de sus líderes. Tiene aún problemas sociales que resolver, pero vistos
a la luz de la trayectoria cumplida, con seguridad los superarán en el marco de
un entorno institucional democrático y de libertades plenas. Al igual que han
vencido las adversidades que los embates de la naturaleza han puesto en su
camino.
Entrar en
el G-20 es un reconocimiento merecido a la trayectoria de un país que en
nuestra región ha estado marcando pautas que pueden ser muy útiles y provechosas
a los demás. No queda otra que regocijarse por esta muy buena noticia que nos
viene del vecindario y de un país hermano con el cual nos unen fuertes lazos
históricos y afectivos.
EMILIO NOUEL V.
emilio.nouel@gmail.com
@EnouelV
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