Argentina teme que una derrota de Dilma Rousseff sea el fin de Mercosur
Alejandro Rebossio
Tanto la candidata presidencial del Partido Socialista Brasileño (PSB),Marina Silva, como su rival del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, proponen reducir Mercosurde su actual estadio de unión aduanera a una zona de libre comercio, de modo tal que Brasil pueda negociar en solitario, sin Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela, acuerdos comerciales con otros países o regiones. Por ejemplo, con la Unión Europea, que mantiene conversaciones empantanadas con Mercosur. El kirchnerismo y su fragmentada oposición temen que una decisión así aísle a Argentina. Sin embargo, algunos opositores se ilusionan con que una derrota del Partido de los Trabajadores (PT), tras 12 años en el poder, suponga el final de la hegemonía de la muy diversa izquierda latinoamericana.
Los Gobiernos del PT, tanto los de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) como el de Dilma Rousseff, han sostenido un concepto que analistas han calificado de “paciencia estratégica” en su relación con la Argentina de los Kirchner. Es decir, han tolerado las barreras al comercio que Buenos Aires ha impuesto a los productos de todo el mundo, incluidos los de sus socios de Mercosur. Analistas como Félix Peña, de la Fundación ICBC, advierten de que, si bien se requiere un replanteo de la alianza, tampoco pueden desecharse los beneficios que durante 23 años ha reportado en términos económicos, políticos y de paz, cuatro décadas después de que se barajaran hipótesis de guerra entre Brasil y Argentina. Peña añade que la propuesta de Silva y Neves implicaría una reforma del tratado fundacional de Mercosur, el de Asunción (1991), y advierte de que es diferente plantearla en la campaña electoral que aplicarla en el gobierno.
“Hay un temor a que ganen Silva o Neves”, reconoce el kirchnerista Eduardo Sigal, exsubsecretario de Mercosur del Gobierno argentino. “Pero creo que un triunfo de Dilma plantearía también el desafío de tonificar Mercosur. Hay que replantear el comercio, la financiación y la integración productiva”, admite Sigal. De hecho, Rousseff, bajo presión de los empresarios de su país, viene impulsando las negociaciones Mercosur-UE.
“Si Argentina reflexiona sobre la mala praxis del Gobierno nacional, merecería que Brasil se corte solo”, opina el diputado y rabino argentino Sergio Bergman, de la conservadora Propuesta Republicana (PRO). “Suena sensato lo de Silva y Neves, aunque vaya en contra de los intereses argentinos. Pero en diciembre de 2015 va a haber un nuevo gobierno en Argentina, y lamentaríamos que Brasil nos dejara afuera”, añade Bergman, vocal de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de su país.
Una victoria de la oposición brasileña impactaría no solo en Mercosur sino en la política doméstica de Argentina. “Si pierde el PT, sería una traba importante al proceso político que hay en la región, en Argentina, Uruguay, Bolivia. Sería un cambio de signo en un país que es un continente y una de las principales economías del mundo”, advierte Sigal.
“Los partidos de alternativa al régimen de Cristina Kirchner vemos con entusiasmo que haya cambios en Latinoamérica, pero no podemos comparar a Cristina con Dilma, que con sus aciertos y errores tiene políticas de mediano y largo plazo”, señala Bergman, cuyo partido deberá enfrentar en 2015 al kirchnerismo, al peronismo opositor y al centrista Frente Amplio Unen. “Si ganan, Silva o Neves van a tener que corregir errores de la pseudoamistad de Dilma y Cristina”, agrega el diputado, aunque reconoce que una victoria de la oposición brasileña no necesariamente contagie a la de Argentina.
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