viernes, 8 de abril de 2011

QUE A MAKLED LO ENVÍEN A VENEZUELA, NI TAN MALO ES

(El ex gobernador chavista Gral. Acosta Carlés y el narco Walid Makled)

Por allí andan algunos, como plancha de chino, porque al señor Makled lo enviarán a Venezuela. No es para tanto, digo yo. Aspiraban a que lo remitieran a EEUU, pues suponen que allí se sabría “todo”, en cambio, en Venezuela, no.

Y qué es ese “todo”, me pregunto. Porque lo sustantivo ya es del conocimiento público, aunque no todos los detalles. Por otro lado, según informaciones conocidas, todas las supuestas pruebas han sido entregadas a las autoridades norteamericanas, y también, presumimos, a las colombianas.

¿Que hay supuestamente militares y otros funcionarios, con nombres y apellidos, ligados a los negocios del interfecto? ¿Que hay supuestamente copias de cheques, vouchers, transferencias y demás evidencias a la mano que demuestran la complicidad, el soborno, el tráfico de influencias, etc? Eso lo sabemos.

¿Que todo esto configura una estructura corrupta y delincuencial con raíces, conexiones y relaciones en diversas ramas del poder público nacional? Lo sabemos también.

¿Entonces? ¿Qué más se sabría si en lugar de venir a Venezuela lo hubieran mandado a EEUU? Es seguro que el proceso judicial sería mas transparente, de eso no hay duda. De mayores detalles nos enteraríamos; pero en lo fundamental nada de mayor relevancia a lo ya conocido, sin mencionar que en el proceso y la prensa norteamericana, de alguna manera se adormecería el asunto en virtud de los ritmos y de las prioridades que estas actividades tienen allá. Así como en Colombia no ha habido mucho interés en este caso en la opinión pública, mucho menos en EEUU se harán eco de él, salvo en los círculos políticos del Congreso interesados en el tema. En ese país, la noticia no tendrá la cobertura que podría tener aquí.

Después de todo, pareciera una ventaja el que lo traigan a Venezuela, ya que aquí se mantendrían vivos la expectativa y el escándalo con mayor intensidad que en EEUU.

El otro argumento que se esgrime es el de que aquí se esconderían o desaparecerían evidencias que presuntamente implican a los funcionarios en cuestión, lo cual no ocurriría en EEUU. No es descartable que tales circunstancias se puedan dar, aunque resultaría más cuesta arriba si la oposición y algunos medios independientes venezolanos colocan el tema permanentemente en la palestra pública, poniéndole la lupa y dándole suficiente cobertura. Los efectos políticos e institucionales, estando Makled en Venezuela, quizás puedan ser mayores y de consecuencias impredecibles, por la cercanía del proceso judicial; todo lo cual no sería lo mismo si tiene lugar allá en EEUU. Obviamente, sabiendo todos cómo el gobierno manipula y ordena a los jueces, hay el riesgo de que el resultado no sea el que esperamos, pero, políticamente, el asunto tendría un peso no desdeñable.

De modo pues que no es mal de morirse el que el señor Makled sea remitido a este país. Desde una perspectiva política, es una oportunidad para que las fuerzas democráticas, la Venezuela decente, pueda potenciar la lucha que está librando contra el autoritarismo, la incompetencia y la corrupción de un gobierno en franco proceso de descomposición. Dependerá de los sectores democráticos si este caso escandaloso y repugnante, que involucra a altos jerarcas gubernamentales, tiene como resultado la imposición de las sanciones penales y políticas a que haya lugar.

EMILIO NOUEL V.

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