Qué podemos decir que ya no se ha dicho del extraordinario
itinerario internacional seguido por Juan Guaidó en los días que corren
El gran logro de la gira es una evidencia incontrovertible.
Todas las circunstancias que la rodean o envuelven son excepcionales,
inusitadas. Para las fuerzas democráticas venezolanas que pugnan por salir de
la tiranía es un hecho de un valor
político y simbólico asombroso que podría convertirse en un impulso definitorio
de la crisis. Sin duda, el recorrido realizado y la acogida a tan altos niveles
marcan un hito decisivo.
Sin embargo, lamentablemente, las aves agoreras, siempre
minoritarias pero con poder mediático, no cesan ni cesarán en su tarea política
suicida.
Envidiosos y mezquinos, unos, defensores de intereses
inconfesables, otros, forman una comparsa patética que desde hace un tiempo a
esta parte ha tratado sin éxito de empequeñecer el liderazgo de Juan Guaidó, su
ejecutoria política valiente y altamente riesgosa, en un entorno complejo en el
que debe acometer un combate desigual. Y, claro, no me refiero solo a los usurpadores
de Miraflores que tienen como objetivo obvio abatirlo.
En su impaciencia, algunos sectores que se dicen de oposición
al régimen, pretenden “quemarlo” también, como han hecho de manera absurda con
otros líderes que le antecedieron en estos aciagos años de lucha agónica.
Guaidó, a pesar de los pesares, ha logrado superar algunos
escollos, y haciendo política, sí, haciendo política, ha ido avanzando, con
errores y aciertos, como es lógico en éste difícil combate contra un enemigo
perverso y sin escrúpulos, que maneja los recursos financieros del Estado
venezolano a su antojo con vista a mantenerse en el poder.
Ciertamente, aún resta llegar a la meta anhelada por la
mayoría de los venezolanos agobiados por el desastre económico y social. El BCV
admite que solo en 2019 hubo una inflación de más de 9500 %
!!!!!!. Esto clama al cielo. De
allí que salir de esta calamidad exija de todos los venezolanos, no solo de
Guaidó y los partidos políticos democráticos, un compromiso firme de lucha, con
entereza, realismo, y como han dicho por ahí, con paciencia estratégica.
La buena noticia de la gira exitosa de Guaidó debe servirnos
de acicate para ponernos en acción en torno a su liderazgo. Es el que se lo ha
ganado, más allá de críticas que podamos formularle.
La gira realizada es, sin duda, trascendental e histórica,
nunca vista. Y no estamos exagerando. No recuerdo que un presidente venezolano
o de otro país de nuestro hemisferio, y más allá, haya sido recibido por la
elite política y económica mundial como ha ocurrido con Guaidó, reconociéndolo
y apoyándolo.
El respaldo de la Comunidad internacional democrática es un
gran activo para seguir la lucha por conseguir la libertad. Aprovechemos esa
fuerza inmensa y conjuguémosla con la nacional. Esa es la garantía de triunfo
sobre la tiranía. Hay grandes razones para la esperanza.
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