lunes, 19 de noviembre de 2018

¿VA EN RETROCESO LA INTERDEPENDENCIA ECONOMICA INTERNACIONAL?

Hace un tiempo expuse algunas ideas sobre el principio de irreversibilidad en los procesos de integración económica.

Allí decíamos que era muy dificultoso e inconcebible que un país que haya experimentado los beneficios que trae consigo el intercambio mercantil internacional, se devolviera a una situación de retraimiento económico, desdeñando las ganancias de la interdependencia.

Así, una vez que un país se inserta en un régimen de unión aduanera y/o mercado común, los lazos económicos y de otra naturaleza se hacen tan fuertes entre los países que conforman un bloque comercial, que desprenderse de ellos es un contrasentido y una tarea muy complicada. De allí deriva la casi imposible reversión, a menos que se esté dispuesto a soportar los daños a sus empresas, no solo las volcadas al exterior, y a los trabajadores que de esos negocios dependen.

Y eso es lo que estamos presenciando hoy con el enorme embrollo político que se ha desatado en Europa y el Reino Unido, que amenaza con la caída de la Primera Ministra Theresa May.

Es sabido que luego de producirse el insólito referéndum sobre el Brexit, se iniciaron complicadas negociaciones para concretar el “divorcio” con el resto de Europa, en un entorno británico de creciente opinión pública a favor de la realización de un  nuevo referéndum que abra la posibilidad de enmendar el entuerto generado.   

La señora May ha suscrito en días pasados un pre-acuerdo con la Unión que debe ser aprobado  por el Parlamento de su país.  Ese extenso documento y sus anexos establecen, entre otros asuntos, un periodo de transición que se iniciaría en Marzo del 2019 y duraría 21 meses, con posibilidad de ser prorrogado.

Los temas más importantes son los relativos a: restricciones de los europeos residentes en el Reino unido y los británicos que viven en Europa; un régimen arancelario de los productos importados y denominaciones de origen;  saldar compromisos presupuestarios y financieros; resolver los problemas que plantea la frontera de las dos Irlanda y el funcionamiento futuro del mercado financiero-bancario. 

Este preacuerdo ha desatado una tormenta política en el Reino Unido. Se oponen a él tanto los que están de acuerdo con el Brexit como los que no. Conservadores, laboristas y liberales están envueltos en un duro debate, que puede llevar a un nuevo gobierno o un llamado a elecciones. 

Esta situación en desarrollo, de nuevo plantea la discusión referida en mi primer artículo sobre el tema, y evidencia la importancia que cobran estos asuntos en el ámbito económico global.

La interdependencia in crescendo que vivimos en el mundo actual es una amplia y profunda tendencia de siglos que va a contrapelo de las manifestaciones de nacionalismo exacerbado, aislacionismo y proteccionismo comercial que han resurgido en algunos países.

Esta ola de onanismo económico conlleva también arremetidas contra los mecanismos y soluciones negociadas que propicia y puede seguir promoviendo el multilateralismo.

Es un mal que comienza a parecer endémico, sobre todo, en países desarrollados.

Es ya preocupante esta deriva insólita. A tal punto, que un ministro francés en estos días, refiriéndose a la igualmente complicada circunstancia que vive la Organización Mundial del Comercio,  la llama suicidio económico.

Tanto en EEUU como en Europa, han venido tomando cuerpo estas erradas visión y políticas que ponen en riesgo las economías del mundo. La guerra comercial desatada por Trump contra China es una muestra patente de este despropósito, que lleva a algunos a hablar del inicio de una nueva Guerra fría.

En Suramérica, por ejemplo, sobre la política que en este campo implemente el nuevo gobierno de Brasil, hay también ciertos temores, habida cuenta del peso regional que ese país tiene. El pensamiento expresado por el que estará al frente de Itamaraty, pareciera inscribirse en esa ola ultranacionalista y en contra del multilateralismo. 

Así como aspiramos, quizás muy optimistas, a que el Reino Unido eche para atrás su salida de la Unión Europea, de igual modo apostamos a que el camino irracional que algunos gobiernos están recorriendo o parecen anunciar hacia el aislamiento económico, sea reconsiderado con realismo y prudencia, de modo que la larga y compleja marcha hacia la prosperidad global y a la solución y/o alivio de los grandes problemas del planeta, no se vea aún más comprometida por políticas de comercio exterior inspiradas en ideas que han probado ser perniciosas.

 

EMILIO NOUEL V.

Emilio.nouel

 

sábado, 10 de noviembre de 2018

UN TRIUNFO DE ZAPATERO Y SU REPRESENTADO: MADURO 

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                                                        Zapatero y Maduro

Los únicos que salieron victoriosos de la absurda votación que se dio en la Asamblea Nacional el día martes pasado son el inefable señor Zapatero y su mandante.
Es deprimente que nuestros diputados pierdan el tiempo en un debate de esa naturaleza cuando hay otros asuntos más importantes y de mayor interés para un país agobiado como el nuestro. 
Es sabido que un grupo de diputados propuso al parlamento censurar al ex presidente del gobierno español, por su actuación y declaraciones en la crisis venezolana.
Pero más allá del resultado cuantitativo de ese episodio en el seno de una oposición dispersa y sin norte claro, el resultado político es lastimoso, sin mencionar lo que ha generado en las redes sociales.
Para el que no lo tenga claro, Zapatero no solo en Europa sino también en su propio país, es un personaje que no tiene la relevancia ni la audiencia en relación con la crisis venezolana, que algunos le adjudican. Basta conocer lo que dicen de sus gestiones los funcionarios diplomáticos, incluso españoles. Como decimos en Venezuela coloquialmente, nadie de importancia “le para”. Es insignificante su influencia, si es que tiene alguna. 
Lo que sí está claro es su compromiso con el gobierno chavista, al cual asesora y sirve.  Sus declaraciones sobre lo que ocurre en Venezuela dejan a las claras con quien se identifica. Decir, por ejemplo, que en relación con el asesinato del concejal Alban hay que esperar que las instituciones actúen, es poco menos que una burla cínica y macabra de Zapatero, habida cuenta de cómo sabemos que ellas funcionan en la actualidad.
Zapatero es un mensajero tarifado de la tiranía militar venezolana. No debe quedar dudas al respecto. No fue ni es un mediador o facilitador en el conflicto venezolano, como algunos, incluso en la oposición, erróneamente lo creyeron.
En tanto que correveidile del gobierno, es un mandatario de este último. Lo representa, y tiene hasta cierto punto derecho a ello. Cada quien hace de su vida lo que me mejor le convenga.
¿Qué podemos entonces esperar de él? Lo mismo que de Jorge Rodríguez o su hermana, con seguridad, aunque mejorado en las formas. 
Sin embargo, hay un “detalle” que no podemos pasar por alto, porque tiene que ver con la relevancia que algunos le dan en el seno de la oposición.
No es un secreto que el “interfecto” tiene sus amiguetes en el campo opositor, unos pocos, eso sí, y que en este sector político se ha pretendido vender interesadamente la idea de que a través de aquél se puede llegar mejor al gobierno en función de un eventual diálogo o negociación. Es decir, que Zapatero, según sus carnales venezolanos, sería un canal idóneo y hasta conveniente para los intereses de la oposición. 
Más allá de para qué pueda servirnos Zapatero, queda claro su papel y a quien representa.
Pero lo que es inaceptable es que tal personaje genere en la oposición, que ya tiene suficientes problemas que enfrentar en el país y a su interior, un debate absurdo e inútil; que no aporta nada a la lucha que estamos librando por salir de una tiranía que destruye el país y su gente.
Razón tuvo la diputada Delsa Solórzano al asumir la posición que adoptó ante un tal despropósito. A ella envío un reconocimiento especial por una conducta que la enaltece. Era la posición correcta política, a mi juicio, la de no prestarse a una diatriba insustancial, que no ve el bosque, sino los árboles. Una polémica que no aporta ningún beneficio a la oposición democrática; que más bien la perjudica, ahondando las diferencias que la consumen. Y que desgraciadamente, solo la motivan intereses políticos mezquinos de ciertos grupos en su seno, en su propósito de imponerse a los demás en una lucha suicida incomprensible.   
De toda esta estupidez política, los que han salido triunfantes son Maduro y su recadero Zapatero.  

EMILIO NOUEL V.