miércoles, 21 de octubre de 2009

MASOQUISMO POLÍTICO Y VIDA

Se ha vuelto ya una hábito morboso e incluso masoquista en ciertos sectores de la opinión que se dice democrática, que cada vez que nos disponemos a enfrentar un evento de carácter electoral, en lugar de asumir una posición proactiva, de movilización y de combate, se sumergen en un mar de pesimismo, lamentos y quejas, olvidando focalizar en aquello que nos permitirá acumular fuerzas para salir definitivamente del desastre político y económico que estamos viviendo.

A los que piensan desde la sociedad civil o los partidos políticos que es necesario seguir utilizando de manera eficaz y “sin chuparse el dedo”, los mecanismos formales que aún nos quedan, a sabiendas de que el autoritarismo militar gobernante tiene los recursos y las formas para manipularlos, se les acusa de contubernio con el gobierno, incluso de obtener beneficios crematísticos.

Una y otra vez estos sectores repiten el discurso de que no hay salidas electorales, y que lo que resta es esperar un levantamiento social o militar, o presionar para que eso se dé. ¿Para qué hablar de elecciones? dicen. Los resultados están cantados, que si “el cisne negro”, que si el fraude electrónico, que los partidos están vendidos al gobierno, etc.

Yo no sé cómo saldremos al fin de esta situación, lo que sí sé es que con estas actitudes negativas, definitivamente, no vamos a llegar a ningún lado, y puede estar tranquilo el gobierno, pues los que así se comportan no representarán peligro alguno para él, más bien, contribuirán a su permanencia en el poder.

Desde estos ámbitos pesimistas, por ejemplo, se le echa en cara a los partidos que hagan lo que tienen que hacer: política; lo cual implica ganar adeptos para su visión particular; persuadir a miles del error de seguir apoyando al chavismo, debatir, dialogar, llegar a acuerdos y hacer concesiones, incluso a los adversarios; las circunstancias mandan, nos guste o no.

Se me responderá que no es momento para eso, sino para salir de un gobierno tiránico. A los que opinan de esta manera, les repregunto: ¿es que hay espacio hoy para algo distinto a aquellas actividades mientras estemos aún desarticulados y con liderazgos en formación? ¿tenemos la fuerza y la organización necesarias para romper de un envión con esta situación? ¿Capriles, Pérez o Ledezma deben olvidarse de que son gobernantes y que deben responder a sus colectividades, incluso en precarias circunstancias, para dedicarse a otros menesteres? Creo que no.

Por otro lado, la política no es un lecho de rosas, un entorno bucólico, utópico, donde todos somos felices, sino todo lo contrario. Es una constelación de intereses, pasiones y ambiciones a cual más disímil. Para actuar allí hay que ser de cierta madera. Pero es fundamentalmente un oficio, aunque los problemas políticos nos afecten a todos.

Convencer a los que siguen engañados con Chávez comporta adoptar unos modos, un lenguaje, unas propuestas, un mensaje que no puede ser el del rabioso radical antichavista. Significa hacer ciertas concesiones y renuncias en aras de la efectividad, y para eso existe la política. Porque, como decía el maestro Raymon Aron, la elección en política no es entre lo bueno y lo malo, sino entre lo preferible y lo detestable.

Muchos sectores que hoy condenan a los partidos y a los políticos en general, que los hay muchos y muy activos al margen de aquellas organizaciones, lamentablemente no alcanzan a comprender estas exigencias de la política, que mucho tienen que ver con los ritmos y los tiempos de ésta, muy diferentes a los de un ciudadano normal y corriente.

Estamos todos desesperados, es verdad, por salir de la pesadilla que vive el país. Ya hemos cometido en el campo democrático muchos errores, por no tomar en cuenta adecuadamente la verdadera naturaleza de lo que enfrentamos, los tiempos de la política y los medios más eficaces para avanzar y triunfar.

Tenemos una oportunidad de triunfo el año que viene, si hacemos bien el mandado. En cualquier caso, estoy convencido de que las fuerzas democráticas avanzaran bastante para impedir el establecimiento de una tiranía militar de manera definitiva.

El despotismo en nuestra nación está condenado a derrumbarse. Lo que quieren hacer no lo podrán lograr, independientemente de que promulguen todas las leyes que quieran y cometan las arbitrariedades que se les ocurra.

En estos días leímos una entrevista de Vaclav Havel, ex presidente de la República Checa, extraordinario intelectual, en la que decía: “No fue ningún ejército quien derrumbó al comunismo, sino la vida, el espíritu humano, la conciencia, el rechazo del hombre a la manipulación”.

Confiemos en esa vida y ese espíritu, que los venezolanos también tenemos. Cesemos la autoflagelación, cuando menos lo esperemos habremos recuperado la libertad. Que los políticos hagan lo que les corresponde, ése es su oficio. A pesar de los escepticismos y de las equivocaciones en que puedan incurrir, hay suficientes razones para pensar que se impondrá la sensatez y la responsabilidad. Iremos unidos a las elecciones del año próximo, no me cabe la menor duda. De repente tal unión no será perfecta, pero tendremos candidaturas únicas que recogerán las aspiraciones mayoritarias. La Venezuela democrática las apoyará.

EMILIO NOUEL V.

1 comentario:

Filomena Lonetti dijo...

Hola te escribe Roxana.Te invito a que conozcas mi blog es dedicado a homenajear a mis antepasados y a mis familiares podes dejar un comentario.Mi blog es:
http://filomenalaespadadeltriunfo.blogspot.com/
Filomena Lonetti es mi Bisabuela
Me despido que tengas un lindo día.Roxana Miriam González de la Ciudad de Rosario