domingo, 20 de diciembre de 2009

SOBRE LAS ULTIMAS INFORMACIONES
E. Nouel

Hoy amanecimos oyendo de boca del Presidente algo que muchos ya sabíamos. "Me declaro marxista", ha dicho, así, sin anestesia, como quien ve caer la lluvia; como si fuera algo normal en el siglo XXI, y despues de 20 años de haberse derrumbado el muro de Berlin, el símbolo del fracaso de los regímenes marxistas. No sé qué habrá pensado el ciudadano de a pie, acostumbrado a tanta habladuría hueca y tanto disparate, pero lo "positivo" del asunto es que que los que venimos denunciando desde hace algunos años la deriva totalitaria del gobierno, tenemos la manifestación expresa del presidente de que lo que desea imponer en nuestro país es una tiranía marxista. A confesión de parte.....Mientras las carreteras del país son un desastre, verbigracia, la de Oriente, los hospitales no tienen medicinas, y las calles son una matazón diaria por la inseguridad, el amenazante gobernante marxista en Coppenhage se propone para componer el mundo. Qué locura ¡¡¡¡
Por otro lado, en el día de hoy se han producido otras declaraciones del señor Chávez. La última es que el espacio aèreo venezolano ha sido violado por aviones espías colombianos no tripulados, y que ha ordenado derribarlos. Sabremos muy pronto hasta dónde es verdad esto. Ojalá hayan sido, más bien, naves extraterrestres, sería un alivio.
Por su parte, el farsante que dirige el Diario Últimas Noticias, Díaz Rangel, pone su granito de arena en materia de alarmismo, y señala que desde una lomita en Curazao pudo ver aviones F16 norteamericanos, los cuales se estarían preparando para agredir a Venezuela. Aquel niño que es llorón y el peridista que lo pellizca...
20 de diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009


VENEZUELA, PARAÍSO DE CRIMINALES

Lo que está pasando a raíz del destape de la cloaca de los bancos de la burguesía chavista es lo mismo que ocurre con el hampa desbordada en las calles desde que llegó Chávez. El desmadre en ambos fenómenos tiene la misma causa: un gobierno incompetente, corrompido y tolerante con el delito.

No me estoy refiriendo aquí a las profundas y múltiples causas que, obviamente, esas expresiones delictivas comparten.

Quiero más bien centrarme en la conducta o políticas -si es que pueden llamarse tales- que este gobierno ha adelantado en los campos del combate a la delincuencia y a la corrupción.

En los casos que nos ocupan, hay que decirlo de una vez, el fracaso es gigantesco, y las pruebas son tan evidentes que no hay que perder mucho tiempo en mostrar y/o analizar las cifras de homicidios (incluido el sicariato), atracos, robos, secuestros, estafas, invasiones de fincas y edificios, el uso y apropiación descarada de los dineros públicos por personas y grupos, el tráfico de influencias, el desfalco de las arcas públicas y los contratos a dedo, entre otros delitos, confirmados en el escándalo reciente de la burguesía chavista en complicidad con los más altos funcionarios gubernamentales.

Vivimos el reino del crimen, caracterizado por la colaboración y/o tolerancia abiertas con el delito, por una desidia gubernamental rayando en la delincuencia, y por una impunidad nunca antes vista en nuestro país. El crimen desembozado que padecemos, sin duda, le resulta funcional a los planes tiránicos del gobierno, de allí que a veces pensemos que hasta son estimulados por éste.

¿Quién no recuerda aquel célebre discurso de un Presidente Chávez recién estrenado en el que justifica el robo en la gente con hambre? ¿Hemos olvidado la carta afectuosa y solidaria que envió entonces al terrorista venezolano El Chacal, preso en Paris por sus asesinatos a mansalva y múltiples delitos? O ¿Acaso no es cierto que el Presidente ha pretendido reivindicar a la narcoguerrilla terrorista colombiana, con las cuales su gobierno mantiene relaciones estrechas e incluso se le permite abrir oficinas en nuestro territorio? ¿Es mentira que quienes nos gobiernan tienen vínculos con otros movimientos violentos del mundo, como el Hamas o el Hezbolá?

¿Qué pasó con los delincuentes que todos vimos disparar el 11 de Abril en Puente Llaguno? ¿No andan tranquilazos por allí de manera impune?

¿Por qué no detienen a grupos armados hasta los dientes del 23 de Enero y otros barrios de Caracas que dicen ser partidarios del gobierno, y que sin ningún recato aparecen fotografiados con armas en los medios dando declaraciones?

¿Qué ha hecho el gobierno con las bandas de abogados, fiscales y jueces que dominan los circuitos penales del país, las cuales afloraron en el caso no resuelto del fiscal Anderson?

¿Qué sigue pasando con las mafias que manejan aduanas y almacenes en los puertos?

¿Por qué en el caso de los delitos bancarios descubiertos recientemente sólo se toca a unos pocos y no a los más allegados al Presidente que están señalados?

Éstas son muestras parciales del océano de delitos que a diario se cometen en esta tierra y que no tienen sanción porque a los que están en el poder no les importa en lo más mínimo. Malandros de todo tipo y clase social, civiles y militares, están felices y contentos con un gobierno que los deja actuar sin limitaciones. Nada los amenaza. Saben que cuando no es la incompetencia, la dejadez y la condescendencia, es la complicidad la que los salva de pagar sus desmanes. Están claros en que pueden robar, secuestrar o matar con facilidad, sin temer la represión.

¿Nada tienen que ver estos resultados con aquellas expresiones y conductas insólitas de un gobernante permisivo ante el malandraje?

Está cada día más claro que políticas y acciones concretas y serias para combatir la corrupción y el hamponato que nos agobia no veremos mientras tengamos el gobierno actual.

De reunideras todos los días e interminables blablabla demagógicos, la mayoría de los venezolanos sabemos que no se sacará ningún remedio eficaz para los gravísimos males que hemos comentado. Ni mucho menos echando a la calle al Ejército o la Guardia Nacional, cuerpos éstos que no están entrenados en estos menesteres. Ni con policías de ámbito nacional, cuya motivación no es atacar el crimen mejor, sino centralizar, más bien, dominar, estos organismos de represión en el afán de restarle competencias a los estados y municipios.

Está más que probado que nada de lo que hace este gobierno resulta. Todo lo destruye. Ha sido incapaz de combatir la inseguridad pública, carece de políticas para ello. No ha podido domeñar la corrupción; ni ha querido sancionar la que ocurre en sus propias filas.

La podredumbre está carcomiendo las bases del régimen. Vendrán tiempos mejores para realizar lo que corresponda hacer en éste y otros campos del vida nacional.

EMILIO NOUEL V.


miércoles, 9 de diciembre de 2009

MONTESQUIEU FUE ASESINADO EN VENEZUELA



Constituye una experiencia eterna el que todo
hombre con poder es llevado a abusar del mismo;
eso sucede hasta que se topa con límites. ¡Quién
lo diría! La propia virtud necesita límites. A fin
de impedir el abuso del poder es menester que
(…) el poder refrene el poder


Montesquieu



En tertulia de amigos, hemos comentado siempre entre bromas y veras, que en el gobierno actual, entre otros despropósitos, se ha cometido el de asesinar a Montesquieu.
No recordamos de qué murió realmente en París el ilustre Barón, lo que tenemos claro es que en los tiempos que corren, en nuestro país, sí se ha cometido su asesinato, obviamente simbólico, mediante la supresión de uno de los principios más caros de su legado democrático y libertario: la separación y autonomía de los poderes del Estado, detrás del cual está el concepto fundamental de límite aplicado al poder político.
Es de todos conocido que los bárbaros que nos gobiernan no sólo se han “cargado” de manera irracional y absurda a figuras históricas como Cristóbal Colón o José Antonio Páez, a historiadores e intelectuales de la talla de un Mario Briceño Iragorri o a políticos como Rómulo Betancourt.
Su demencia ideológica va mucho más allá, y ahora llega a la de arremeter contra pensadores que dieron aportes trascendentales a la teoría y la práctica política democrática moderna, que, visto lo visto, siguen aún vigentes.
Indudablemente, en el caso del jurista y filósofo francés, el “asesinato” no deja de ser incomprensible, por no decir extravagante, desde el punto de vista del pensamiento político de Occidente y de las realidades actuales.
Aunque en la práctica ha sido así desde hace unos años atrás en Venezuela, es ahora que vemos explicitada por los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, ya como hecho notorio, la idea de que la división de los poderes del Estado debilitaría a éste; por tanto, el principio de “checks and balances” no tendría, según estos personajes del “nuevo constitucionalismo” bolivariano, pertinencia, bajo las circunstancias del mundo actual o en todo caso, las de nuestro país.
Ciertamente, Montesquieu ha sido considerado un teórico del constitucionalismo liberal, pero sobre todo, del pluralismo de partidos y del pluralismo político y social. Según él, no hay libertad en aquella estructura política que no cuente con poderes distintos en cuanto a sus contenidos; autárquicos por su origen, y separados en lo que respecta a la función específica que realizan.
Pero para este gran pensador, el principio del límite es esencial. En contraste con la filosofía de Hobbes, aquel es consustancial a la idea de la libertad, la cual no puede ser ilimitada. Esta contraposición de filosofías es la que se expresa entre el autoritarismo hobbesiano y el antiautoritarismo de Montesquieu. O como diría un autor, el enfrentamiento entre la filosofía del no límite frente a la filosofía del límite, en definitiva, entre una visión que no puede prescindir de la guerra y la que apunta a la paz.
Con base en este principio es que las democracias pluralistas modernas se han desarrollado y han permitido que todas las expresiones políticas puedan tener vida tanto en los ámbitos nacionales como en el de las organizaciones de gobierno descentralizado.
Sin embargo, ahora resulta que en pleno siglo XXI y conocidas las virtudes prácticas y la efectividad en términos de democracia y libertad del principio de la separación e independencia de los poderes públicos, aparecen desde las profundidades de la historia enterrada y más que superada, unos zombis a reivindicar el absolutismo (eliminación de la separación de los poderes) en nombre de un supuesto avance de la teoría constitucional.
¿Cómo puede ser considerado un avance semejante retroceso, tal atentado contra la libertad y la democracia? Al igual que su amo, los magistrados del TSJ que han expresado tales disparatadas ideas, son el hazmerreír en los círculos académicos del mundo que se han enterado. El nuevo constitucionalismo, el verdadero, está en las antípodas de este engendro salidos de las tinieblas premodernas.
Estos magistrados, aprendices de brujo, no escarmientan. La locura ideológica, en algunos casos, y la sumisión vergonzosa, en otros, están contribuyendo a llevar al país a una encrucijada muy peligrosa, al reafirmar al déspota en sus propósitos.
La Constitución Nacional venezolana, cuestionable en otros aspectos, es muy clara sobre este tema, y ninguna interpretación, por muy retorcida que sea, autoriza para decir exabruptos como los que la Presidente del TSJ ha proferido en estos días en un evento de carácter internacional.
Estas opiniones pasarían al tacho de la basura, si no fuera porque estos magistrados de la ignominia y de la abyección se han prestado a todo tipo de desaguisados en nuestro país. Estoy seguro, sin embargo, que no pasarán inadvertidos frente al juicio implacable que el pueblo venezolano emitirá mas temprano que tarde.
Finalmente, queda recordar, por sabias, estas palabras del barón de Montesquieu: “el espíritu de moderación debe ser el del legislador; el bien político, como el bien moral, se halla siempre entre dos límites” (…) Lo afirmaré siempre: es la moderación lo que gobierna a los hombres, nunca el exceso”

EMILIO NOUEL V.






miércoles, 2 de diciembre de 2009


CORRUPTOS SIN FRONTERAS (PARTE II)

Seguimos dando de qué hablar, y mucho, en estos días. Desde la BBC, el Wall Street Journal, pasando por Le Monde y las televisoras europeas, hasta la Nación de Buenos Aires y la Folha de Sao Paulo, registran el megaescándalo de los bancos intervenidos en Venezuela y sus socios en el gobierno chavista.

Ahora, no sólo nos lucimos con ser de los últimos en competitividad económica e institucional (Ver Informe 2009 de Competitividad) y en percepción de corrupción (ver Informe 2009 de Transparencia Internacional)

No solo nos distinguimos por tener un presidente que ensalza a tiranos sanguinarios y terroristas perversos, echando por el suelo la imagen de nuestro país, ubicándolo en una posición casi de Estado forajido.

Ni siquiera figurar en el “palmarés” de los países con la inflación más alta en el continente y en gran parte del mundo, ha sido tan comentado como en estos días lo está siendo urbi et orbe la descomunal podredumbre administrativa gubernamental que corroe las entrañas de la revolución dizque bolivariana.

Con la implosión de los 4 bancos intervenidos en manos de la boliburguesía, nuevamente aparecen nombres con prontuario ya difundido. Y el revuelo internacional, obviamente, no se hizo esperar.

Vuelve a exhibir el país ante el mundo, un desaguisado con toda la desmesura de que somos capaces.

Meses atrás comentábamos que el capítulo venezolano de “Corruptos sin fronteras” estaba haciendo méritos más allá de los confines patrios. Sus negociados no se circunscribían al territorio nacional, sino que ya alcanzaban dimensiones y espacios transnacionales. La evidencia de que los capítulos argentino y venezolano de esta delincuencia organizada se habían dado la mano quedó al descubierto entonces con el caso del maletín de Antonini Wilson (Ver “Corruptos sin fronteras” http://emilionouel.blogspot.com o http://www.analitica.com)

El nombre del señor Rafael Ramírez, ministro de PDVSA, relució en aquellas fechas pero nada sucedió. El gobierno venezolano se hizo el que la cuestión no era con él, y hasta allí llegó todo. (Este caso sigue al menos judicialmente vivo en Argentina)

Sin embargo, aquel escándalo hizo que los venezolanos y los suramericanos en general, pudiéramos enterarnos, con evidencias incontrovertibles, de los dineros mal habidos que corrían a través de la conexión Miraflores-Casa Rosada, en la cual se veía envuelta nuestra empresa petrolera en manejos delictivos y financiamiento de campañas electorales con políticos y funcionarios argentinos

En aquella oportunidad, supimos que con el mayor desparpajo y falta de escrúpulos, se ofrecían hasta refinerías para comprar los silencios.

Reaparecen hoy los protagonistas del capítulo venezolano, y se agregan otros. El dirigente político Ramos Allup, el día lunes pasado, formuló una amplia denuncia con nombre y apellido, y allí están reseñados los delitos.

Todos los casos se resumen en un enorme y maloliente tráfico de influencias que permitió a los boliburgueses de la revolución chavista aprovecharse de las emisiones de bonos del Estado, notas estructuradas y depósitos públicos; ponerse en los dineros de todos los venezolanos a través de contratos a dedo; y utilizar los recursos públicos para sus propósitos personales o de grupo, y/o para crear empresas y comprar instituciones financieras y de seguros.

El descaro no puede ser mayor. Y la envergadura de los delitos, descomunal.

Está más que claro que la intervención de bancos decretada es un ajuste de cuentas entre maleantes, como ocurre entre las bandas de malandros de nuestras ciudades. Una vendetta a lo interno de la oligarquía chapista en el poder, en la que participan los que están dentro del gobierno y los que estando fuera de él son sus socios en un sinnúmero de fechorías a cual más repugnante.

Es por lo demás risible oír decir al inefable Rodríguez Araque, que la culpa de que ahora miles de ahorristas y pensionados estén pasando las de Caín, no es la de unos hampones privados y sus consocios en el gobierno, sino del capitalismo. ¡Qué desfachatez la de este agente al servicio del castrocomunismo¡

Y qué cinismo el del presidente al salir ahora a exculpar a sus más cercanos colaboradores, cuando todo apunta hacia ellos. Pretende ahora lanzar una culpa genérica hacia toda la banca y, por supuesto, a la burguesía, como que si fuera mentira que muchos de sus allegados están comprometidos hasta los huesos en esta trama de corrupción.

Afortunadamente, este cuento no se lo cree ni el más desprevenido de los mortales. Este intento de desviar el foco del problema (los delincuentes del gobierno) se estrella ante evidencias contundentes; las que, por cierto, están abochornando a muchos chavistas decentes que aún tenían esperanzas en estos revolucionarios de pacotilla, y que visto lo visto, ya ni el Credo dicho de rodillas, se lo tragan.

El escándalo en comento muestra también sus ramificaciones exteriores. La existencia de empresas en otros países, que no es de extrañar que hayan sido constituidas con dineros mal habidos extraídos directa o indirectamente de las arcas públicas venezolanas.

Ya llegará la hora, cada vez más cercana, en que la justicia dé cuenta de estos delitos, meta en chirona a tanto farsante y podamos recuperar la dignidad y, porqué no, parte del patrimonio sustraido.

EMILIO NOUEL V.